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Voto de El Extranjero :
1
Drama Jordi es un adolescente que cambia de ciudad junto con su madre para iniciar una nueva vida. Pero el destino le reserva una cruel sorpresa, pues cuando traspasa las puertas de su nuevo instituto, cruza sin saberlo la tenebrosa frontera del mismísimo infierno. Para escapar no tendrá más remedio que, en solitario, buscar desesperadamente la salida. (FILMAFFINITY)
16 de mayo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No quiero descalificar a la ligera pero me ha parecido desagradable, aburrida y poco realista al mismo tiempo. La película es una exhibición de situaciones a cual más escandalosa y surrealista que buscan indignar y provocar al espectador. La resistencia que ofrece el chaval es nula y como dicen otros compañeros estos acosadores adolescentes parece que se han escapado de un manicomio. Puede sonar divertido pero todo es muy chusco, bruto y de trazo gordo, no me creo que haya nadie que soporte tanto sin quejarse y el personaje de la madre es de traca. Me parece que está muy mal dirigida y peor interpretada, por no hablar del doblaje, totalmente catastrófico.

Respecto al tema del bullying, el principal culpable son los padres que no son capaces de saber/entender lo que les pasa a sus hijos por desatención, por su nula implicación en sus vidas o porque ellos también tienen problemas, en cuyo caso no están capacitados para tener hijos. Se limitan a darles comida y cama como si ahí acabasen las responsabilidades. Se suele atacar al más débil y me parece directamente responsabilidad paterna el que un chaval tenga baja autoestima o poca capacidad física (apuntarle a clases de algún deporte o lucha sería una buena manera para solucionar el problema, que los chavales cojan confianza y desarrollen capacidades). La estabilidad psicológica es otro criterio que se usa a la hora de seleccionar a una víctima (la mayoría de los chavales que sufren bullying padecen algún tipo de enfermedad mental; depresión, ansiedad...) y es cosa de los padres tener en cuenta esa posibilidad y ponerle remedio. (Por eso siempre digo que para tener hijos hay que tener dinero, predisposición a darles el tiempo, la atención necesaria y tener conocimientos de todo lo que les puede afectar.) Un adolescente jamás va a querer contar que le acosan porque eso sería certificar su debilidad e inutilidad ante el mundo entero y por eso es mejor tratar que no lo sepa nadie, tener a minimizar los daños, quitarle importancia. Es algo que todo progenitor con dos dedos de frente debe tener en cuenta.

En lo que en mi opinión acierta un poco la película es en que los profesores no van a hacer nada porque no es su trabajo y tampoco están capacitados. Pero lo que no me creo es lo de que no sepan nada de lo que pasa. Una persona adulta va a saber analizar perfectamente a unos chavales de quince años, saber qué rol ejerce cada uno en la clase, otra cosa es que no se quieran implicar ya que tampoco son psicólogos infantiles.

En líneas generales, salvo excepciones, no guardo un buen recuerdo generalizado de mi etapa estudiantil, condicionada por carencias de todo tipo. No me inflaban a hostias como al desgraciado de esta película, aunque a lo mejor el instinto de supervivencia ya ha hecho que lo olvide. Más que bullying propiamente dicho, que algún episodio desagradable ha habido, la describiría como una época aséptica, de continuo aburrimiento, de pasar modorra en mañanas calurosas en instalaciones horteras, de no ver la hora de que llegaran las dos y marcharme corriendo a casa a hacer algo que me interesara más, de conversaciones mortalmente insustanciales y marcada por un notable distanciamiento con las otras personas que me importaban bastante poco y sé que yo a ellos también. Bueno, eso los últimos años. El colegio era travesura, diversión y desenfado, luego el salto al instituto implica en muchos casos la búsqueda de adquirir una identidad hipócrita para sentirse aceptado, un juego en el que nunca me he sentido animado a participar.
El Extranjero
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