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España España · Málaga
Voto de Kaori:
3
Terror. Fantástico Cinco chicos van a pasar el fin de semana a una cabaña perdida en un espeso bosque en las montañas de Tennessee. Una vez instalados, y cuando se encuentran cenando, la trampilla que da acceso al sótano se abre de golpe. Extrañados, deciden bajar a investigar. Allí encuentran un magnetófono, un extraño cuchillo ritual y un libro antiquísimo. (FILMAFFINITY)
24 de septiembre de 2016
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra película de culto. Otra catástrofe. Otro bochorno cinematográfico. Si tuviera tiempo y ganas de pasarlo mal, me dedicaría a ver todas las películas consideradas «de culto». Seguro que sacaba conclusiones sociológicas interesantes.

¿Por qué, Raimi? ¿Por qué hiciste esto? Vale, te perdono, no te lo tendré en cuenta y seguiré confiando en ti a pesar de esta «Posesión infernal» fruto más bien de la pasión juvenil y del amor al cine que de la calidad. Porque aquí hay amor, eso está claro, tanto del director como de los espectadores. De verdad que no sé qué valoráis los enamorados de «Evil Dead». Eso de que sea pionera, nueva, el origen... está muy bien, pero, repito, no tiene que convertirla en una obra maestra automática, y máxime cuando los defectos hacen que se caiga a pedazos cual plastilina. El guion es estúpido y los personajes más estúpidos aún, la dirección está cargada de efectismo baratos y estos zombis-posesos y los ataques de los árboles-violadores provocan literalmente risa... Ay, Scottie, sabemos lo que te ha pasado en el bosque aunque te lo calles, no disimules...

Yo estoy dispuesta a reconocerle el mérito de lo llamado «gore», y no porque fuese la primera, porque George A. Romero (así como otros autores con algunas incursiones en la sangría explícita) ya fue asqueroso en los setenta; sino porque de alguna forma comercializó lo gore. En ese sentido de ensañamiento y chorros de sangre, es una película muy moderna. Muy repugnante, pero muy moderna. Esto es siendo generosa en la valoración, porque por lo demás no hay por dónde cogerla. Que sea de 1981 no es un hándicap, no es un pretexto para pasar por alto sus obvias limitaciones. ¿Por qué somos tan laxos a la hora de juzgar una película de hace treinta años, sin medios, con fallos gordos y de serie B? ¿Sentimos pena por sus esfuerzos? ¿Nos da lástima que no contara con más dólares y pasamos la mano por pura condescendencia nostálgica? Que el protagonista sea un chico y se haga hombre matando zombis, ¿influye?

Raimi no ha sabido, o no ha querido, suplir su bajo presupuesto con una elaboración más inteligente e ingeniosa. De hecho, tengo la sensación de que la chapuza se hace a conciencia, por el gusto de ser hortera, de ser basto. Pero para quienes no nos produzca tanto sentimentalismo ni la pasión juvenil del cineasta ni el exhibicionismo pulp-gore, «Posesión infernal» se queda en un par de risas y chistes jocosos.

Quiero recordar que está película nació siete años después de «La matanza de Texas», obra cumbre del género que sí que no envejece. No hay nada más que decir.
Kaori
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