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España España · Málaga
Voto de Kaori:
5
Drama Ana Ozores, la Regenta (Emma Penella), se debate entre la pasión por el apuesto Álvaro Mesía (Nigel Davenport) y sus escrúpulos religiosos, temores vigilados de cerca por el ambicioso magistral de la catedral (Keith Baxter), el celoso guardián de unas almas que son, a la vez, su pasión y su presa. Una batalla presumiblemente perdida para la esposa del regente (Adolfo Marsillach) en una rancia capital de provincia, Vetusta (Oviedo), a ... [+]
20 de mayo de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ah, ¿que nunca he hablado de «La regenta»? Pues nada, vamos a hablar un poquito.

Yo la verdad es que podría tirarme horas, días, años hablando de una de mis novela favoritas. Qué puedo decir de «La regenta», si es que cualquier cosa que se diga no va a servir ni de lejos para que os hagáis una idea de su maestría y grandeza. Leopoldo Alas, ‘Clarín’, un tipo curioso, escribe con una prosa carnal, sensitiva, sentimental, cruda, honda, psicológica, inmisericorde, crítica y erótica para engendrar un mundo que es este, el nuestro, el del ser humano a corazón abierto, sin disimulos ni ocultamientos. Una obra sincera, por ser reflejo de nosotros mismos, madura y escandalosa que a fecha de 2016 sigue siendo impactante e incendiaria. ¿Seremos capaces algún día de hacer una adaptación fiel que no cercene y desmiembre esta obra maestra de la literatura universal? Lo pongo en duda.

Y el reto se hace más imposible aún si se quiere adaptar en una película de noventa minutos. Ahí no cabe nada. La versión de Gonzalo Suárez se centra en la trama principal, la de Ana Ozores, la regenta, y su lucha interior entre la pureza y el pecado. Expliquémoslo así, por explicarlo de alguna manera. Pero, claro, se dejan por el camino el verdadero carácter de «La regenta»: todas las historias secundarias de los múltiples personajes (esas doncellas Petra y Teresina, dos bestias literarias), su palpable sexualidad, lo que entra directamente en el vicio; los temas políticos y religiosos, los conflictos sociales y hasta el amor, porque en «La regenta» también hay amor, solo que lo han omitido por completo y hasta nos han quitado una de las confesiones románticas más bellas y poéticas del mundo. Casi mejor: léelo y disfruta.

Emma Penella es maravillosa pero está demasiado mayor para representar a un personaje de veintiocho años. A mi amadísimo y deseado don Fermín de Pas, en mi opinión el auténtico protagonista de «La regenta», lo interpreta un Keith Baxter de ojos negros y no verdes (esto es imperdonable, lo siento mucho) que no es ni la mitad de lo que es el Magistral literario: este es frío y carece de la personalidad del original. Una pena.

Por lo demás, mantiene cierta corrección.
Kaori
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