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España España · Málaga
Voto de Kaori:
7
Thriller. Acción Harry Callahan (Clint Eastwood) es un duro policía que se ha criado en la calles de San Francisco. Sus compañeros le llaman Harry el Sucio por sus particulares métodos de lucha contra el crimen y porque siempre se encarga de los trabajos más desagradables. Cuando un francotirador que se hace llamar 'Scorpio' asesina a una mujer desde una azotea y promete matar a más personas si la ciudad no le paga 100.000 dólares, el inspector Callahan ... [+]
22 de septiembre de 2012
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este es mi deseado Clint Eastwood, el de las corbatas y las americanas, el rápido revólver, el cabello despeinado y la sonrisa encantadora, magnética. El Eastwood atlético, el sexy Eastwood que escala alambradas, siempre posando, siempre invadiendo la pantalla con su carisma.

El Inspector de Policía Harry Callahan es el protagonista indiscutible de «Harry el sucio», película que combina la clásica acción, con el thriller y la crítica social. Por eso la trama va dando esos tumbos que tanto despistan, porque no es sólo un poli duro que quiere matar al malo, resumen que para nada le hace justicia; es un poli de gran profundidad humana y psicológica, que quiere detener a un malo que despierta verdadero desprecio, en un mundo enfermo, con unas políticas equivocadas, con unas leyes tramposas y con una frustración constante. El retrato sucio y peligroso que se hace de la propia ciudad de San Francisco, especialmente de noche, es un ejemplo de las intenciones de la película.

Tampoco me parece justa la visión que se tiene de Callahan. Ni es misántropo ni es borde, ni es especialmente duro, ni está tan satisfecho de su soledad. Esta errónea interpretación del personaje nos lleva directamente a los héroes de acción modernos, creyendo que lo masculino equivale a esa personalidad. Pero Harry no es así. Harry tiene más de apariencia que de convicción, y así aparenta que nada le importa cuando en realidad le importa todo; aparenta que odia al mundo entero, cuando en realidad está dispuesto a dar la vida por ese mismo mundo; aparenta que no necesita a nadie, y luego va haciendo amigos con extrema facilidad y nobleza (véase, con su compañero de trabajo). En fin, que creemos que es muy duro porque es implacable con los criminales y no va haciendo el tonto por ahí, cuando en realidad se come todos los marrones, le critican, le echan broncas, no le hacen caso, le dan palizas y se rompe costillas. Y él, muy sucio y muy estoico, acepta cada contratiempo y cada envite con la grandeza de un caballero.

Entrando ya en terrenos pantanosos, he de decir que Callahan hace lo que tiene que hacer en todo momento: tan pronto sigue las leyes y obedece la jerarquía, como se lo salta en casos de extrema necesidad. Yo no sé dónde está le polémica, sinceramente. Si nuestras vidas dependieran del capricho de un asesino, querríamos estar en manos de Harry Callahan, porque sabríamos que hará lo necesario, lo justo y lo correcto, a pesar de lo sucio que pueda resultar. Además, casi tan importante como el «qué», es el «quién», y un tipo como Harry tiene toda mi confianza para que haga o deshaga a su antojo. ¿O acaso tú no se la tendrías?

Vamos, que esta película es mítica por su personaje y su mensaje, no tanto por la trama en cuestión, que puede ser algo irregular, cosa que no importa demasiado, ya que con Clint Eastwood te basta y te sobra.
Kaori
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