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España España · Málaga
Voto de Kaori:
3
Intriga. Romance En el centro psiquiátrico donde trabaja la psicoanalista Constance Petersen (Ingrid Bergman), el Dr. Murchison (Leo G. Carroll) anuncia su retiro de la dirección, en cuyo reemplazo llegará el eminente Dr. y escritor Anthony Edwardes, a quien, justamente, Constance admira muchísimo aunque no le conoce... pero, el mismo día en que el joven y apuesto director (Gregory Peck) es presentado ante los directivos, la psicoanalista comenzará a ... [+]
5 de octubre de 2013
23 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las obras clásicas de Hitchcock y otra decepción de las grandes, de esas que te dejan en shock, y nunca mejor dicho, ante el despropósito de su estilo y argumentos. A este señor sí que es para psicoanalizarle, que a lo mejor encontrábamos en su psique el germen de su mediocridad.

Lo siento, he dicho «mediocridad» en relación a Hitchcock y esto puede que sea, lo admito, síntoma de locura por mi parte, pero reconoced vosotros al menos que «Recuerda» nos cuenta una historia trasnochadísima y, lo que es peor, mal planteada. Escudarse en la psicología, el subconsciente humanos y Freud para meter una patología psiquiátrica improbable (no diré imposible) y nada fundamentada, no es propio de gente inteligente y aficionada al suspense, como se supone que era Hitchcok y sois vosotros, amigos y enemigos cinéfilos.

Así, la doctora Constance Petersen, con una Ingrid Bergman que más guapa no puede ser ni estar, conocerá, se enamorará y tratará a un misterioso hombre con una curiosa y simpática amnesia de la que él mismo no es consciente (¡!) y que no le impide recordar, sin embargo, el psiquiátrico al que debe acudir. La película tuvo asesoramiento de expertos, pero dudo mucho que estos señores hayan ideado algo semejante. En serio: repasad la secuencia de hechos y os daréis cuenta de lo incoherente y fantástico que es todo. Para rematar la ida de olla, Gregory Peck sobreactúa, cosa que nunca me hubiera imaginado, y se desmaya cada dos por tres, todavía no comprendo la causa. Eso sí: nos cuenta un bonito sueño que Dalí visualizó, consiguiendo una verdadera escena onírica que es todo un orgullo.

El desenlace sigue la tónica de Hitchcock, estirando los acontecimiento hasta lo risible y saltándose a la torera ese mínimo de lógica que el crimen necesita. Pues no, ten por seguro que el culpable se delatará solo, a parte de tener un comportamiento incomprensible desde el principio de la historia. Del enamoramiento tan extravagante y grandilocuente mejor no decir nada.

Aún con todo, hay un misterio que resolver, así que entre eso, y las gracietas de Alfred, pasas las horas, aunque sea con risas a costa de sus tonterías.
Kaori
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