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Voto de Listocomics Puntocom:
8
Drama A pesar de sus apuros económicos, Ian (Ewan McGregor) y su hermano Terry (Colin Farrell) compran un velero de segunda mano, llamado "Cassandra's Dream", para salir a navegar los fines de semana. Ian conoce a Angela (Hayley Atwell), una atractiva actriz que acaba de llegar a Londres con la esperanza de alcanzar el éxito, y se enamora de ella. La pasión por el juego de Terry pondrá a los dos hermanos en una situación muy delicada, aunque ... [+]
28 de octubre de 2007
170 de 202 usuarios han encontrado esta crítica útil
El novio celoso le pregunta a su churri: "¿Serías capaz de acostarte con un director para que te diese un papel en una película?" y ella responde "Hombre... depende de qué papel... y depende de qué director... y depende de cuantas copas me hubiese tomado..." El tío confiesa no haber quedado muy contento con la respuesta y ella dice "Pues mira, a mí tampoco es que me haya hecho gracia la pregunta".
Y esto es lo más parecido a un chiste que hay en la última película de Woody Allen.

Pero bueno, al menos no es un dramón berganiano como lo de Septiembre o Interiores, sino que sigue con el rollo a lo Patricia Highsmith que le funcionó tan bien en Match Point. Hay suspense e intriga y hay dilemas morales gordos que recuerdan a Delitos y faltas.

Y el cliché dice que todas la pelis del gafotas judío son parecidas, y, a la que saca algún personaje inseguro todos los listillos lo señalan con el dedo y dicen "¡es él! ¡siempre se retrata a él mismo! ¡son películas autobiográficas!", y quién más quién menos habrá leído sesudos análisis que dictaminan que (como cualquier hijo de vecino) Woody Allen está obsesionado con a) el sexo, b) las ideas religiosas que le inculcaron de pequeñito, c) las relaciones sentimentales, y d) la muerte...

Pero ojo, si no me he descontado ésta ya es su tercera película (de un total de tropocientas) en la que insinúa que el camino del éxito es el camino del mal, y que el camino de la gente honrada es el camino de la gente que se come los mocos; y salen personajes carismáticos justificando crímenes motivados por la simple ambición, racionalizando que la violencia es algo normal entre humanos y que un asesinato ocasional no es nada comparado con una guerra...

¿Y si este fascinante tema también pudiese contarse ya entre la obsesiones del genial neoyorkino?
¿Y si Tío Howard, Judah Rosenthal y Chris Wilton fuesen sólo otros alteregos de Allen Konigsberg?
Porque Woody Allen, digan lo que digan, es un triunfador, muchas de mis películas favoritas las ha filmado él, y ahora empiezo a sospechar que para llegar tan lejos ha tenido que matar a alguien, pero me da igual.

Nota: notable.
Listocomics Puntocom
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