Moldeada y troquelada como una pieza en serie. La maquinaria Netflix nos obsequia con esta miniserie alemana, llamada "Kitz".

Cumple a la perfección con todos los mandatos, preceptos y demás mantras requeridos por el nuevo orden mundial... bien, dicho esto, no me parece que esté mal "Kitz" en mi humilde opinión.

No nos descubre nada nuevo, no es original ni la premisa argumental, ni el guion, ni siquiera la escenografía pero, si considero, que está bien interpretada y que de alguna manera, he conseguido conectar con "Kitz".

Pasados lo primeros minutos del metraje, incluso diría pasado el primer capítulo en el cuál, se nos introduce en la trama y vamos conociendo a los diferentes personajes ( Estos momentos son claves, es cuando la pantalla del televisor corre grave riesgo, de ser atacado con un "objeto contundente" ), es cuando puedes optar por abandonar o seguir adelante. Yo opté por seguir y no lo he lamentado.

Para argumentar el hecho de no haberlo lamentado diré que, a pesar de todo, he conseguido verla sin llegar a "odiar" a ninguno de los personajes. Ni "Vanessa" ha conseguido encender mi ira, este hecho en sí mismo, puedo considerarlo como un auténtico logro para mí ( tratándose de este tipo de producciones ), por lo que debiera de afirmar que he visto con mucho gusto "Kitz".

Considero que si estableciese una comparativa, entre "Kitz" y algunas producciones "Espantosas" ( Ej. "The Society", "Bienvenidos a Edén" o "Quédate a mi lado" ) que he visionado últimamente, esta sería dignísima aspirante al "Oscar" en su categoría.

He visto con interés esta miniserie, sin más, no es nada del otro mundo, ni nada nuevo, ni original, ni medianamente creíble, aunque si diría que no me parece en absoluto indigna.