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Voto de Jark Prongo:
6
Comedia Pascual, provinciano de clase media, llega a la ciudad en busca de un trabajo. Por la noche, quiere aprovechar el tiempo echando una cana al aire en un night club. Sin saber cómo, se ve mezclado en un grupo decadente de la alta sociedad, que, bajo la promesa de resolverle su problema de trabajo, lo retienen toda la noche. Llevado de un sitio a otro le será imposible abandonar el grupo que juega con él, como si se tratara de un juguete más. (FILMAFFINITY) [+]
23 de noviembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
”I know you want to play the games we play.”

Friends, Salt-n-Pepa

Basada en la exitosa obra teatral homónima de Juan José Alonso Millán y adaptada al cine en su libreto por uno de los destrozataquillas nacionales de los setenta, José Luis Navarro, Juegos De Sociedad pertenece a esa categoría de films en las que un señor pavisoso cuando no directamente sieso se ve inmerso en una maratoniana noche de locuras sin freno. Es decir, queda emparentada con Jo Qué Noche, Miracle Mile, la gran Cita a Ciegas de Blake Edwards y, sobre todo, con la enorme Algo Salvaje de Jonathan Demme, aunque aquella se desarrollase en un lapso de tiempo que abarcaba varios días.

Ahora bien, Juegos de Sociedad tiene un espíritu muy cercano al cine italiano de los sesenta, aquel cine de Monicelli, Zampa y demás dioses de la comedia que eran capaces de exponer situaciones semejantes a las aquí mostradas congelando la risa para hacer que derivase en una mueca de asco, verbigracia en la fiesta de Yo La Conocía Bien y el pobre ídem haciendo el ridículo ad aeternum frente a los ricos para divertirles un rato a costa de ver precisamente eso, a un pobre diablo perdiendo toda dignidad porque hay hambre. Aquí el polifacético Manuel Summers es un padre de familia con varias bocas que mantener residente en Alicante que, con motivo de una entrevista de trabajo en Madrid, acaba topándose con un grupo de gente de esas que saben de la existencia de las 6 de la mañana no por haber puesto vez alguna el despertador a dicha hora, sino por recogerse sábados, festivos y laborables nunca antes de dicho momento. Y de ahí en adelante una noche rarísima en la que conocerá humillaciones a todos los niveles y ni siquiera será capaz de abandonar la jarana, pues cuando está dispuesto a ello siempre aparece la vana promesa de recomendarle de cara al empleo que pretende obtener, ya que entre ricos todos se conocen y resulta que ”hoooooooombre, Francisco Juárez, claro, de toda la vida del club de campo… mañana mismo vamos a verle, ya verás qué bien todo.”

Y encima los deportivos de los pijazos homenajean al coche cupé de Vittorio Gassman en La Escapada de Dino Risi a través de sus omnipresentes bocinazos de claxon.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jark Prongo
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