El Equipo Aahhgg es, después de la filmografia de Amenabar, la más lamentable película del parque fílmico celtibérico. Una astracanada en la que se desperdician valiosos rollos de Eastman Color y que sólo se entiende como un torpe blanqueo de dinero. Su máximo responsable, el infame Jose Truchado (que extiende su torpeza a campos como la actuación, con un cameo en la muy estúpida La Lengua Asesina, y a la coescritura de guiones, con el gaga guión de Fuera de Juego escrito a medias con Fernando Fernán Gómez como cumbre de su trayectoria), intenta hacer un producto similar a los que acostumbraba a marcarse Don Mariano Ozores, sólo que fracasa estrepitosamente en su acometida, por mucho que intente echarle una mano Antonio Ozores a la hora de escribir la película. Porque aquí no hay más que cochambre y gracias sin gracia: se sustituye la mítica furgoneta de la serie americana por una Ford Transit de 3ª mano con la ITV sin pasar, se ruedan exteriores en la sierra de Madrid intentando hacerla pasar por el Vietnam del año 86 (¿?), se incurre en saltos de raccord de iluminación propios de director de fotografía daltónico, se permite que Fedra Lorente pasee su crepuscular donaire con la bragafaja por encima del ombligo (para alegría del público gerontofílico) y, lo más preocupante, ni Antonio Ozores da una a derechas, pese a soltar su grandisimo ¨no, hija, no!¨ y escribirse los chistes a sí mismo.

Hay una escena que representa muy bien el sentimiento de ascopena y enorme ¨fail¨ que produce semejante mierda en el espectador: en una secuencia dada, estan José Burgos, Máximo Valverde y Kimbo haciendo cucamonas vestidos de ninjas con unas sábanas negras mientras dan grimorio al espectador y, al fondo del plano, se ve a un perro que primero se aleja de forma muy sensata para acercarse de nuevo a estos tres titanes de la idiocia conforme siguen haciendo el retra. ¿Por qué? Pues no lo sabemos, porque de la psique animal poco se conoce, pero menos aun sabemos de los motivos que nos llevaron a poner esta película de mierda y que hace que la aguantemos hasta el final sin inmutarnos.

Quedándome con algo positivo, quizá destacar el sketch visual en el que aparece un cartel que muestra como opciones a seguir Connecticut, Wisconsin y Móstoles, pero Truchado la caga con su consabida torpeza: lo que debería haber sido un gag visual rápido se convierte en un aguantar el plano casi durante un minuto, mientras la furgoneta se aleja y el espectador se pregunta si es un homenaje al primer cine de Haneke, una maniobra para rellenar metraje o una incompetencia más de este handicapado mental. Lamentable, de verdad.