Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Jark Prongo:
7
Comedia Los Ángeles 2014. Duke es un poli corrupto y melómano que trafica con hierba y aterroriza a los transeúntes. A su alrededor, en la comisaría, gravita una pandilla de personajes disfuncionales: un maniaco sexual, una poli chantajista, un cazador de tesoros de turbio pasado, un tuerto deforme que sueña con convertirse en estrella del techno...Sus vidas, llenas de pequeñas estrategias y patéticas artimañas, se complican cuando la última ... [+]
24 de diciembre de 2013
22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y de nuevo Quentin Dupieux rompe toda expectativa que pusiésemos tener previa al visionado de Wrong Cops y todas aquellas que se fuesen creando conforme el film se desarrolla. Originalmente concebida para ser un corto –y condicionadas sus tramas paralelas muy posiblemente por ello- termina por convertirse en una película de humor en la que aprovecha para seguir definiendo las normas y la lógica del mundo distópico de ficción que viene creando desde Steak y ampliando con la enorme Wrong: ambas pertenecen al mismo plano y sus personajes cohabitan ese mundo (los chicos de Steak ahora son policías, si bien siguen siendo unos marginados, y al protagonista de Wrong se le hace vecino de uno de los agentes de la ley), por los que quedan sujetos a esa inversión de normas que ocasionan sucesos que trastocan sus vidas mientras el espectador experimenta una extrañeza similar ante cada evento. Ese es otro de los grandes logros de Quentin, el nunca poder predecir qué va a pasar a continuación, algo que siempre debería de celebrarse porque, además, no busca la sorpresa desde la incongruencia para con la lógica interna que ha de sostener el mundo que crea, sino que siempre se respeta esta y cada reacción resulta lógica ante la acción que la desencadena, por mucho que proceda y se desarrolle en una ficción donde la única lógica que sostiene todo parece ser precisamente la ausencia de ella, la anti-lógica.

Wrong Cops es divertida. Mucho. Hay sketches –una vez más- muy Flying Circus: el policía privado de la vista suplicando a quien le acaba de cegar con un spray anti violación que le enseñe las tetas, que quiere verlas; el otro agente que llena la bañera de agua para suicidarse sumergido en ella metiéndose un tiro; toda la escena de la reunión con el directivo de una discográfica (donde Dupieux aprovecha para alabar y vejar simultáneamente su jitazo Stunt mientras satiriza el funcionamiento de la industria musical a finales de los noventa); todos y cada uno de los fotogramas congelados, deliberadamente torpes y paródicos respecto al uso que se suele hacer de ellos en Hollywood, casi un reírse en la cara de Scorsese o el británico Guy Ritchie. Claro que hay mucho más por debajo. Existe una clara y evidente crítica a los brazos ejecutores de la Ley, aquí traficantes, asesinos, modelos porno amateur o sátiros salidos, si bien queda soterrado un poso comprensivo respecto a estas conductas que tiene de base el considerarle humanos: la cagan, pero también intentan enmendar sus errores o muestran anhelos e inquietudes exactamente iguales a las de cualquier ciudadano de a pie. Y quizá la cosa que más les humaniza y ya casi extinta en cualquier film desde hace años: la férrea voluntad de faltar a todo colectivo de forma gratuita, demostrando que prima su condición de humanos sobre la de policías. Años ha que no veía una película con tanta imprecación contra individuos de otras etnias y razas, niños, impedidos y homosexuales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jark Prongo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow