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Voto de Jark Prongo:
4
Acción. Terror El día de San Valentín, Mizushima aceptará el bombón que le ha regalado Monami, una compañera de clase. Ella es una vampira y quiere hacerlo suyo para siempre, pero Keiko, antigua pretendiente, no estará dispuesta a dejarlo escapar. (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2010
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esencialmente, hay dos formas de hablar de la última locura de Nishimura: comparándola con esa obra maestra que es Tokyo Gore Police y abstrayéndose de esta última película y pasando a alabar el descerebre que acabamos de disfrutar mientras recogemos el whisky y guardamos los calamardos sobrantes. Si optamos por la primera vía, pues casi que nos da una bajona de no salir de casa en un mes, pues lo que en TGP era la perfecta fusión del discurso del Cronenberg mas lúcido con el humor del Verhoeven mas cínico, salpimentado con el marcianisimo (para los occidentales, claro) modo de ver las cosas nipón, termina trocando en una astracanada propia de una filial japonesa de la Troma, de haber existido finalmente tal cosa si se hubiera cumplido el deseo de Lloyd Kaufman y Michael Herz. Pero no pasa nada, eh, que aun con todo es un film muy disfrutable, y un millón de veces más válido que cualquier chorongo de Amenabar.

La historia va así: la equivalencia japonesa de lo que aquí serían dos Yennys se enamoran del chulazo cani de la clase. Una de ellas es vampira, y la otra termina muriendo por lesiones incompatibles con la vida (que dirían en ¨el parte¨) para ser resucitada después, pudiendo dirimir ya tuneada a hostia limpia con la murciélaga quién quiere más al chulazo del insti. Lo que parece un episodio de Compañeros resulta ser eso, solo que con una serie de insertos deslabazados que hacen chanza acerca de lo emo (la competición de cortes de muñeca, impensable en Europa con los guardianes de la moral), la necedad de las tribus urbanas (los sketches de las emulas de negras son descacharrantes), los chinos (algo así como el hazmerreir de Asia para los japoneses) y el añadido de alguna que otra escena gore CGI, cosa que no veíamos en el Colegio Azcona, aunque bien es cierto que contabamos con Francis Lorenzo, presencia mucho mas desagradable, cercana y, por lo tanto, real. Un despiporre, de verdad, casi al nivel de necedad de Attack Girls Swim Team vs the Unliving Dead, solo que con el valor añadido de los dos mordiscos vampíricos mas grandes (literalmente) jamás vistos en pantalla alguna.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jark Prongo
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