Considerado uno de los mejores guitarristas de nuestro país, con una trayectoria intachable y una legión de fieles seguidores. Querido y respetado por músicos de todos los estilos, incluyendo grandes estrellas internacionales. Y sin embargo no es más que un hombre cualquiera, un padre de familia con las preocupaciones propias de cualquier vecino.

Este documental lleva la familiaridad y la cotidianidad a un nivel extra, rezumando naturalidad por los cuatro costados, para contarnos que la mujer de Raimundo se enfada porque tiene la casa llena de discos, amplis y cables; que al genial músico no le agrada que guarden sus guitarras en el trastero, que a su suegra al final le acabó gustando Jimi Hendrix, que compró una telecaster en el "Cash Converters".

La sensación que me queda es que toda la parafernalia que rodea el mundillo no es más que eso; accesorios, adornos, fuegos de artificio. El que lleva la música realmente dentro no los necesita para llegar al lugar que le corresponde.