Cómo mover la perspectiva de una narración cambia el interés por la historia es el hecho fundamental de este documental... de fútbol. Se puede hacer algo novedoso de un tema del que se emite y habla y escribe horas y horas cada día? Probablemente este documental impacta tanto en sus primeros capítulos por eso mismo, porque hemos entrado al otro lado del decorado, allá donde no hay cartón piedra y nada es perfecto. Al otro lado de lo que vemos siempre, como entrar en casa de los vecinos y cenar con ellos.

Los seis protagonistas (tres futbolistas, un director deportivo, una presidenta y un entrenador) son grabados a lo largo de la temporada en escenas cotidianas y en momentos cumbre. Contaba uno de los creadores del proyecto que para las seis horas que dura la serie se habían grabado unas seiscientas horas. Así se explica lo ágil que resulta, porque va de momento de interés a otro igual de interesante. Y los personajes que son personas se olvidan de que están siendo filmados, y ahí es cuando nos metemos en sus vidas, cuando entendemos al individuo al completo, más allá del futbolista o entrenador que aparece en programas deportivos o telediarios.

Nos podemos hacer una mejor idea de cómo son los días de partido para los integrantes de los clubes, tengan el cometido que tengan. De cómo funcionan estos por dentro, de las diferencias de equipos grandes y pequeños.
Pero sobre todo Amaia Gorostiza, con ella sola y el Eibar se podría hacer una serie. Cuánta humanidad le da al fútbol, cuánto calor a todo lo que toca, aunque sea un húmedo y frío campo de entrenamiento embarrado. Muchos momentos entre los que recuerdo esa frase tan contracultural: ''¿Mercenarios? Me da mucha pena que les llamen mercenarios, los jugadores son unos valientes.'' Estoy con ella.