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España España · Valencia
Voto de Ardid:
2
Musical. Romance Corre el año 1961, y han pasado ya dos años desde la historia de amor de Sandy y Danny. Ahora comienza un nuevo curso escolar en el instituto Rydell. Michael Carrington (Maxwell Caulfield), un joven inglés de lo más educado que estudia en un instituto norteamericano, se enamora de la bella Stephanie Zinone (Michelle Pfeiffer), líder del grupo de animadoras, pero ésta sólo se fija en los miembros del club de chicos local, piensa que ... [+]
6 de noviembre de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por dónde empiezo, veamos. La película es mala, muy mala. Una gran parte de los motivos ya se ha dicho por otros usuarios: está llena de chistes malos, canciones mediocres, personajes absurdos y estereotipados nivel parodia pero sin pretender serlo (y eso siempre es triste)... pero por encima de todo hay una metedura de pata colosal que no tiene perdón: ESA TRAMA. Me es difícil contenerme, a ver cómo os lo cuento para que no me riñan por lo de los spoilers:
- Grease (la primera) es una historia de adolescentes contada desde una perspectiva adulta. Quienes ya hemos pasado por la fase instituto de nuestra vida podemos sentirnos identificados con mucho de lo que sale ahí, no sólo con las situaciones sino con los propios personajes, que aparte de ser adolescentes saben convencernos de que también son seres humanos.
- Grease 2 es una película de asaberquéuniversoparalelo contada desde una perspectiva preadolescente. ¿Que por qué? Porque la idea parece salida de algún trabajo escolar titulado "lo que me espera cuando vaya al insti", por algún/a devoracomics con principio de subidón hormonal que no tiene ni idea de qué va el asunto. El resultado es un cuento (¡¡que nadie le busque moraleja!!) protagonizado por una princesa indómita a la par que fuertemente oprimida por una ley irrevocable y absurda (yo tampoco lo entiendo mucho), de la que sólo podrá librarse cuando aparezca el hombre de sus sueños (puaj!! Qué dentera, eh?): un motorista. No uno cualquiera, tiene que ser Guay, se invierten 3 minutos de canción en especificarlo. Por otro lado está el chico: el actor más guapo del reparto haciendo de buen chico empollón... y aquí paro. Aparte de lo aburrida que se hace por previsible, me mata lo ofensiva que es hacia el público femenino (el colmo: las chaquetas rosas como símbolo de propiedad masculina??? Rizzo manifiéstate y denúncialo!!), y de paso, hacia el resto de la población mundial en general: esta película me ha enseñado que...
- para merecer la pena uno ha de ser el centro de atención
- en el amor hay que darlo TODO (hasta tu identidad, si no gustas)
- si uno está en un grupo ha de permanecer en él no-matter-what
- una ha de ser reina del baile ante todo, aunque probablemente el amor de tu vida acabe de despeñarse por un barranco
- si tienes la nariz grande lo normal es que se metan contigo y, por tanto, te la operes.
En cuanto al realismo, bueno, hay motos que vuelan, peinados ochenteros everywhere y fuego saliendo de sitios inverosímiles.

Por qué le doy un 2 y no un 1: dos cosas. Una: Pfeiffer salió de ahí. Dos: la autoestima de la producción. Tener ese proyecto, llevarlo a cabo y venderlo como secuela de, posiblemente, el musical más taquillero de la historia requiere tenerla muy alta. [Aplausos].


En serio, no la veáis. O si sois fans incondicionales de Pfeiffer y no podéis remediarlo, no lo hagáis con adolescentes influenciables cerca.
Ardid
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