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Voto de Erizio:
1
3,0
565
Terror
Cada cinco años, el pequeño pueblo costero en el que habita Theo se enfrenta a la tragedia del secuestro de nueve jóvenes que son ofrendados al Minotauro; dios al que veneran los despiadados soldados del Rey Deucalión, y que habita en los cimientos de un palacio lejano. Theo, valiente y audaz, consigue introducirse en el barco que transporta la nueva remesa de mártires para rescatar a la joven que ama; quedando abandonado a su suerte, ... [+]
10 de julio de 2007
23 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tremenda birria que viene a demostrarnos que los dioses no existen, pues si existieran, no permitirían que se mancillara su nombre de forma tan infame.
El director, un tal Johnny English, nos presenta todo lo que podríamos esperarnos de alguien con ese nombre: un esperpento que se asemeja más a una comedia que a una epopeya de aventuras terrorífica. Herramienta totalmente eficaz para sufrir como mínimo un ataque de vergüenza ajena (yo sufrí varios, como si fuera un combo), es innecesario decir que se pasan el famoso mito del minotauro por el forro de los cojones. Supongo que la última vez que los guionistas escucharon el relato fue cuando tenían 3 años, de boca de un tipo que acostumbraba a desayunarse una botella de ron, y así quedó la historia.
Los personajes son más planos que la bandeja una tarta, acorde con las sobreactuaciones sonrojantes de los personajes (y en algún momento, descubrí que esto parecía más una de "Scary Movie" que otra cosa, cuando una de las "actrices" pone una mueca y se desvela como una nueva Anna Faris, con la misma cara, en serio). El desarrollo de la historia comienza por ser no muy prometedor para hundirse en un pozo sin fondo de desesperación y basura cuando los protagonistas caen en el laberinto. El minotauro ha pasado de ser un ser mitad hombre, mitad toro, a ser un híbrido entre toro, cabra y gato sphynx, de tamaño variable, para adaptarse a cualquier situación. Su animación resulta, además, totalmente ortopédica y nintendera. Está repleta de situaciones tan inverosímiles como sonrojantes, la ambientación es de cartón piedra, y el vestuario se basa en una combinación de cinta aislante y disfraces de cavernícola. Es tan predecible que te autonombrarás Oráculo mientras la estés viendo/sufriendo. Y las muertes resultan tan poco imaginativas que preferirás que te pongan delante cualquier otro slasher de palo antes que seguir dejando que tus retinas se destruyan.
Al final, ni los créditos acompañan, pues parecen de teleserie en plan "El club de medianoche". Pero claro, luego se desvela el motivo de tanto patetismo inusitado... Entre el montón de países que copro-ducen, encontramos el nombre de España... ¡Ahora encajan todas las piezas!
El director, un tal Johnny English, nos presenta todo lo que podríamos esperarnos de alguien con ese nombre: un esperpento que se asemeja más a una comedia que a una epopeya de aventuras terrorífica. Herramienta totalmente eficaz para sufrir como mínimo un ataque de vergüenza ajena (yo sufrí varios, como si fuera un combo), es innecesario decir que se pasan el famoso mito del minotauro por el forro de los cojones. Supongo que la última vez que los guionistas escucharon el relato fue cuando tenían 3 años, de boca de un tipo que acostumbraba a desayunarse una botella de ron, y así quedó la historia.
Los personajes son más planos que la bandeja una tarta, acorde con las sobreactuaciones sonrojantes de los personajes (y en algún momento, descubrí que esto parecía más una de "Scary Movie" que otra cosa, cuando una de las "actrices" pone una mueca y se desvela como una nueva Anna Faris, con la misma cara, en serio). El desarrollo de la historia comienza por ser no muy prometedor para hundirse en un pozo sin fondo de desesperación y basura cuando los protagonistas caen en el laberinto. El minotauro ha pasado de ser un ser mitad hombre, mitad toro, a ser un híbrido entre toro, cabra y gato sphynx, de tamaño variable, para adaptarse a cualquier situación. Su animación resulta, además, totalmente ortopédica y nintendera. Está repleta de situaciones tan inverosímiles como sonrojantes, la ambientación es de cartón piedra, y el vestuario se basa en una combinación de cinta aislante y disfraces de cavernícola. Es tan predecible que te autonombrarás Oráculo mientras la estés viendo/sufriendo. Y las muertes resultan tan poco imaginativas que preferirás que te pongan delante cualquier otro slasher de palo antes que seguir dejando que tus retinas se destruyan.
Al final, ni los créditos acompañan, pues parecen de teleserie en plan "El club de medianoche". Pero claro, luego se desvela el motivo de tanto patetismo inusitado... Entre el montón de países que copro-ducen, encontramos el nombre de España... ¡Ahora encajan todas las piezas!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Escogería como momentos patéticos y totalmente incoherentes, por encima de los demás, los siguientes:
- Aparece la tía esa que se supone que es mala pero va a ayudar a los buenos. Una de las gilipollas de la aldea dice que prefiere irse con el minotauro a ser ayudada por la fulana esa. Por supuesto, no va en coña, y se aleja, y cuando tratan de hacer que cambie de opinión, empieza a soltar un discurso insultante (con el resto de protas y con el espectador), que si has visto "Destino Final", sabrás perfectamente como va a acabar: con la muerte "bocazas" (literalmente).
- La versión cutre de Laurence Fishburne quiere salvar a su hermana del laberinto, y para ello se va a la puerta. Allí encuentra a la sirvienta de la tía, se la carga y cierra la puerta, evitando que la señorita escape. ¡¡Bravo!! Por supuesto, después vuelve (¿?), abre la puerta y comprueba que no hay nadie, sólo el minotauro, que se carga a uno de sus sirvientes.
- Para cargarse al minotauro, el prota provoca una explosión que se acaba transformando en una persecución contra una bodriosa bola de fuego que llega hasta el Laurence Fishburne cutre y todo (e incluso se lo carga). El toro pelao sigue vivo, y muere atravesado por el cuerno que usa el prota como arma. En ese momento, el laberinto comienza a derrumbarse, como si de una peli de Indiana Jones se tratara. Deleznable.
- Aparece la tía esa que se supone que es mala pero va a ayudar a los buenos. Una de las gilipollas de la aldea dice que prefiere irse con el minotauro a ser ayudada por la fulana esa. Por supuesto, no va en coña, y se aleja, y cuando tratan de hacer que cambie de opinión, empieza a soltar un discurso insultante (con el resto de protas y con el espectador), que si has visto "Destino Final", sabrás perfectamente como va a acabar: con la muerte "bocazas" (literalmente).
- La versión cutre de Laurence Fishburne quiere salvar a su hermana del laberinto, y para ello se va a la puerta. Allí encuentra a la sirvienta de la tía, se la carga y cierra la puerta, evitando que la señorita escape. ¡¡Bravo!! Por supuesto, después vuelve (¿?), abre la puerta y comprueba que no hay nadie, sólo el minotauro, que se carga a uno de sus sirvientes.
- Para cargarse al minotauro, el prota provoca una explosión que se acaba transformando en una persecución contra una bodriosa bola de fuego que llega hasta el Laurence Fishburne cutre y todo (e incluso se lo carga). El toro pelao sigue vivo, y muere atravesado por el cuerno que usa el prota como arma. En ese momento, el laberinto comienza a derrumbarse, como si de una peli de Indiana Jones se tratara. Deleznable.