Esa es la frase que exclama uno de los personajes españoles del film, en el último episodio de esta entretenidísima miniserie inglesa, que narra la historia de cuatro amigos ingleses que hacen un viaje a Mallorca, invitados por otro amigo suyo de la universidad, ahora millonario y a las puertas de retirarse. Los cuatro viajeros dejarán sus famílias, problemas y demás historias en casa, para disfrutar de una semana de relax, pero como nos podemos imaginar, una serie de acontecimientos relacionados con los negocios de Alvo (el amigo millonario), acabará llevándolos a un mundo de asesinatos, dinero robado y drogas.

La serie está perfectamente rodada, y tiene un ritmo endiablado, lo que hace que se disfrute de principio a fin, a pesar de un final de lo más imposible, que hace que te quedes con cara de tonto. Destacar también las actuaciones de los actores, hasta Maria Botto sale airosa de su papel (el de la policía que los acosa). La serie además, tiene puntos de humor negro bastante interesantes, por lo que si quieres ver una serie corta (4 ep. de 45 min.), y la mar de entretenida, esta es la opción más clara.

Algún dia se reconocerá que los ingleses son unos genios a la hora de proponer el formato de una serie, como diría Luis Aragonés, cortita y al pie... Los futboleros me entenderán.

Lo mejor: El ritmo, y los actores.
Lo peor: Su imposible final.

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