El principal error que puede cometer alguien al ponerse a ver "Into the mirror" es pensar directamente que es una cinta de terror... ni por asomo, vaya, pues el film del debutante Kim Seong-ho, aun y conteniendo secuencias que podrían ser sacadas directamente de cualquier trabajo adornado para provocar tensión, amen de un entramado de esos que tanto recuerdan a los films actuales que más abundan en ese género, lo único que intenta es sumergir al espectador en una de esas historias que hablan sobre las cicatrices del pasado, cuyas raices reaparecen constantemente y dejan al protagonista sumido en un halo de frustración y desesperación, intentando superar todo ese abanico de emociones que le sacuden.

Como de costumbre, se desarrolla con la típica sobriedad y quietud narrativas ya tan habituales en el cine oriental, ofreciendo un relato que da como fruto algunas secuencias notables, acompañadas por una enorme fotografía y por una banda sonora que, cuanto menos, inquieta al respetable.

En el apartado de la intriga, y como punto a favor, podríamos decir que se desarrolla con la maña adecuada hasta el final dejando al respetable sumido en un baño de dudas suficientemente grande como para tenerle enganchado a la pantalla. Una pena, sin embargo, que finalmente, y para no resultar discordante con demás productos del mismo tipo, queden demasiados cabos sueltos.
Quizá lo arregla todo una conclusión brillante y sorpresiva, una interpretación bastante buena del protagonista y algunos momentos por el camino que dejan buen sabor de boca, haciendo de "Into the mirror" material digno de sobras, y más a sabiendas que el remake de Aja está en pleno proceso de preparación.. con el amigo Kiefer como protagonista absoluto, un lujo al alcance de pocos..