Refrito oriental que, de no ser por un preámbulo de lo más exquisito, ya no por su forma de servirlo (que, directamente, es un Flashback y cuatro cartelitos bien expuestos) sino por lo que directamente propone, no trascendería mucho más allá, pues en "2009: Lost Memories", lo único que encontramos, a lo sumo, es una mezcolanza entre el género de Thriller más sencillote, la ciencia ficción más desabrida, la aventura resultona e, incluso, un ligero fondo de drama-onírico que huele a Kilometros desde el primer sueño premonitorio del protagonista, y no parece llevar a nada más que resultar una cutre anticipación del camino que seguirá el protagonista.

De entre todo ello, cabría destacar sus primeros minutos, que pese a no poseer una gran factura, ni ofrecer unas claves, tras la inquietante introducción, que acrecenten el interés por la historia, sí son suficientemente curiosos por lo trepidante de una acción, aunque con sus excesos, bien desarrollada, por el planteamiento que se le ofrece al mismo protagonista y por el garabateo de una intriga que, aun y pudiéndolo parecer en su primer tramo, en ningún momento llega a ser tal.

Se podría hablar también, dejando a un lado las posibles intrigas o los temas que conformen la trama, sobre una atmósfera totalmente inexistente y, además, una ambientación que no se percibe en ningún momento, de la que obtenemos datos, de la que sonsacamos cierta información, pero de la que ni siquiera se molestan en acercar una pequeña reconstrucción al espectador con tal de que éste se vea inmerso en el universo ficticio que se pretende construir.

A partir de media película, pues, se corrobora que, definitivamente, "2009: Lost Memories" no va a alcanzar un punto álgido, y no va a ir más allá de ciertas secuencias suficientemente logradas en el ámbito de la acción, pues tras ver uno como se intercalan, sin venir a cuento, momentos de dura pugna y combate, con otros donde la familia del rival del protagonista está de celebración mientras aniquilan insurrectos (o sease, a los buenos), servidor ya no sabe si apagar o terminar atendiéndose a lo que vendrá, por cutre y pueril que pueda ser. Que lo es, no vayan a dudarlo ni por un momento.