"Triangle" es una de las propuestas más sugerentes y curiosas de los últimos años en esas tierras que parecen estar en otro mundo si hablamos del terreno del thriller actual, y digo que resulta distinta, porque lejos de intentar vender un thriller sorprendente, enmarañado o facilón, ofrece un espectáculo a tres bandas entre consolidados cineastas como Johnnie To (que ha levantado una legión de fans desde su "Election"), Ringo Lam (antes de trabajar con Van Damme realizó grandes películas como "Prisión en llamas" o "Full contact") y Tsui Hark (que, aunque también ligado a la dirección, se ha encargado más de la producción, como hizo en su día aportando económicamente para que Woo pudiese empezar a balear Hong Kong).

El trabajo tiene todos esos ingredientes que últimamente se vienen consumando por allí: Historia de amistad entre varios amigos que buscan un mismo objetivo, acertadísimas gotas de humor que vienen rondando oriente desde ya hace unos años, secuencias entre hombres armados o de acción cuanto más ingeniosas mejor y un puñado de actores que cada vez se entienden mejor entre sí.

El reto probablemente sería saber quien ha dirigido cada uno de los tres segmentos de "Triangle", aunque llegados a cierta altura en el film, uno pasa directamente a disfrutar minuto tras minuto, y a no pensar demasiado en todo lo demás, por lo que esta, la última cinta de esos genios que dominan o dominaron oriente algún día, no viene a ser más que otro emblemático y dinámico ejercicio bastante recomendable para pasar un rato al lado de una de esas historias que desbordan con su gracia constantemente.