Haz click aquí para copiar la URL
España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
4
Terror Cuando Maggie (Katherine Ross) y Pete (Sam Elliott) llegan a Inglaterra, su felicidad se verá ensombrecida por una especie de influencia diabólica. Mientras pasan unos días en una casa de campo con unos amigos, el terror se irá apoderando de ellos, al ver que, poco a poco, todos los invitados aparecen asesinados en extrañas circunstancias. No obstante, Maggie acabará averiguando cuál es el origen de todo ese horror. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2007
20 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
O ese fue el legado que dejó Marquand con esta, su incursión en el género de terror sin mayores consecuencias que las de dejar que el espectador siga una historia donde no se ve obligado a interactuar. Y ahí es donde pierde sus mayores bazas, pues cuando se sirve un tipo de historia de estas características, lo mínimo que se puede pedir es que el relato ofrezca un poco de juego que obligue al respetable a verse inmerso en los hechos que se están aconteciendo y que, de paso, intente echarle un poco de sazón a la situación meditando sus propias teorias para intentar adivinar cual será la conclusión.
Pero aquí cuenta Marquand con una trama excesivamente pobre, que no da demasiado a la imaginación y que es resuelta de un modo un tanto pueril y vano. El desarrollo tampoco es nada del otro jueves, ya que los momentos se agolpan uno tras otro sin crear una mínima sensación de angustia o desazón por saber cual será el destino que ampara a los personajes.

Eso sí, quedarán grabadas en mi memoria algunas de esas huidas (como la de los caballos) cuyo acompañamiento musical resulta tan curioso como cachondo. Básicamente porque uno se llega a preguntar como ese pedacito de banda sonora ha llegado a parar ahí y, lo más grave todavía, qué narices pinta en una secuencia de ese tipo.
Bueno, curiosidades a parte, poco más se puede dilucidar de un trabajo demasiado fofo, sin mucho empaque y que queda resuelto del mismo modo que se desenvuelve: Dejando impertérrito a un espectador que no sabe como reaccionar y no llega a comprender donde está la vítola con la que se caracteriza el terror aquí.
En definitiva, un intento tan insustancial como entretenido que, por desgracia, no va más allá. Sufi raspadito, raspadito.
Grandine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow