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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
4
Intriga. Comedia. Cine negro Paula Nelson deberá investigar en Atlantic City (Francia) la muerte de su amante, investigación que se presentará peligrosa debido a la atención que ésta consigue despertar entre los mafiosos de la ciudad. Inspirada en el cine negro americano, Godard realiza un ejercicio de intriga de deliberada incoherencia narrativa. (FILMAFFINITY)
15 de octubre de 2007
35 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando leí la sinopsis sobre esta peli en Filmaffiniti, tuve el impulso de verla rápidamente por eso de "un ejercicio de intriga de deliberada incoherencia narrativa", despertó curiosidad en mi, me cautivó el punto de vista que nos quería ofrecer el maestro, sin embargo, antes de poder hallarla, me tope con algunas joyas del cine más erótico-festivo... ¡gay!... ¡y sadomaso!, que es lo que tiene cuando uno intenta buscar una peli cuyas referencias son escasas. Puto Godard.

Una vez en mis manos, empecé a visionarla, atendiendo bien a lo que sucedía en pantalla, pues ya se sabe, cuando los personajes de Jean-Luc hablan, y nos muestran hábiles críticas a la sociedad mediante su verborrea, los demás callamos. Y si, además, una del colectivo feminista descontenta con su marido, le balea en riguroso directo, lo que mola ya ni os lo cuento... mola tanto como decir "Puto Godard", claro está.

Entre tontería y tontería, los progres de la peli jugaban a ser gente normal, como si la gente normal no tuviese suficiente con sus problemas y demás, como para tener que aguantar a unos tipos con gabardinas, peste a nicotina y repeinados cursis imitándoles. Puto Godard.

Los numeritos y letras no cesaban de aparecer en pantalla, a modo de mensajes subliminales, como si a uno no le llegase ya con ver a unos panolis hablar sobre Sartre, realizar elucubraciones sobre una clase media inexistente y dar la lata tras ese blanco y negro que tan cool queda. Puto Godard.

Los tipos seguían cagándose en el imperialismo estadounidense, mientras sus chorbas hablaban de comprar coches multimillonarios y servidor se aburría, así que me largué a la cocina, metí una pizza en el horno y volví. Al volver, oí una frase estúpida sobre topos mientras resonaban unos disparos. ¿Se habría liado alguna en mi ghetto? ¡Ah no! todo provenía de la pantalla. Puto Godard.

El prota, que más tarde haría de muchacho humilde, aquí se lanzaba pitillos a la boca como si de un malabarista se tratase, y bebía zumos de grosella en su tiempo libre. Seguro que Jean-Luc le obligó a ello para parecer más moderno. Puto Godard.

El montaje es tan incoherente que logró dejarme sopa. Al despertarme, olí a churruscado y pensé "¡¡Mierda, mi pizza!!!" Ahora si que sí:

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PD: Esta crítica va dedicada al blog Puto Godard y a todos aquellos que hayan sufrido las consecuencias de su hipnótico y soberbio cine.
Grandine
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