Ernesto Valverde es uno de esos entrenadores que, sin demasiado énfasis ni mucho afán de protagonismo, ha ido consiguiendo a lo largo de su corta carrera suficientes éxitos como para ser un tipo que ofrece los seguros necesarios al club que busque sus servicios. Sin embargo, Valverde siempre ha sido uno de esos tipos apacibles, que aparecen en la rueda de prensa, se permiten bromear escasas veces y demuestran tanta profesionalidad que, pese a su simpatía, terminan adoleciendo un poco esa sequedad. Porque puede que Ernesto Valverde sea un tipo molón, ¿pero quien no prefiere, a día de hoy, la prepotencia de Mourinho, la mala gaita de Luis Aragonés o el tiqui taca de Lotina en las ruedas de prensa?

Y es, exactamente eso, lo que le sucede a "Salir pitando", que es demasiado inocente y obvia como para darle más de una oportunidad. A "Salir pitando" le falta un hervor, le falta ese golpetazo al banquillo de Eto'o para luego ser remendado por Aragonés, le falta un comentario socarrón e irónico de Clemente, le falta un Wenger encaramándose al pavimento de Old Trafford porque le han expulsado y no se puede sentar en la zona de banquillos, le falta un Camacho sudando la gota gorda en la Eurocopa, le falta, en definitiva, un poco de chispa e intención para no pasar como un productillo de esos para distraerse y poco más.

El anuncio con el "Rafa, ¡no me jodas!", una trama más o menos bien llevada, y unos actores que sí tienen el carácter del que parece carecer el tal Armero, hubiesen hecho de ésta una comedia mínimamente decente, pero si el tipo que está tras las cámaras, no carga las tintas lo suficiente como para que los Materazzi's y Alfaros salgan a escena imprimiendo mala leche y descaro, es que algo falla, y aquí el error de medida es tan grande, que "Salir pitando" es para ídem, y al final la olvidas en un pis pas, porque más allá de un par de ocurrencias, lo demás es un blando pastiché donde sólo esa tripleta arbitral tan cachonda ofrece un buen rendimiento y, de ese modo, empaque a una propuesta que, en unos meses, ni recordaré.
Cosas del futbol, los tipos sin carisma jamás tuvieron su lugar en este mundillo...