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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
8
Drama En 1941, Barton Fink viaja a Hollywood para escribir un guión sobre el luchador Wallace Berry. Una vez instalado en el Hotel Earle, el guionista sufre un agudo bloqueo mental. Su vecino de habitación, un jovial vendedor de seguros, trata de ayudarlo, pero una serie de circunstancias adversas hacen que se sienta cada vez más incapaz de afrontar su trabajo. (FILMAFFINITY)
15 de agosto de 2007
45 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en 1983 los Coen realizaron su debut, obtuvieron una de las mejores obras maestras del cine independiente norteamericano, una película que se retorcía, que poseía una atmosfera brutal, unas interpretaciones adecuadas a lo que se podía demandar y una historia que dejaba al espectador tumbado, hipnotizado, extenuado tras aquella increíble película y a la que, seguramente, el tiempo pondrá en su lugar.
Tras años y años topándome con el cine de estos irrepetibles genios, no había hallado las características de "Blood simple" en ninguno de sus otros films, es decir, unos eran gamberros, otros irónicos, otros descacharrantes, pero de todos ellos, ni uno había logrado lo que consiguieron en su primera cinta: Agrupar una formidable atmósfera, un relato contundente, convulsionante, atrevido y darle una forma tan propia como personal.

De todos modos, lo mejor de todo, es que "Barton Fink" no se queda ahí, sino que también traspasa ese umbral y arranca dos apoteósicas interpretaciones por parte de dos genios infravalorados como Goodman y Turturro, el primero está impresionante, posee un vigor y una entereza casi únicos, mientras el segundo, tímido en un principio, alcanza sus mejores cotas cuando interpreta a ese tipo desahuciado que, de repente, empieza a confiar en si mismo, araña su propia cumbre, se eleva, se vanagloria de su propio esfuerzo, hasta que... vuelve al mundo real.

Todo eso, sin contar que esta colosal obra, además de todo ello, posee mucho más contenido, y el que diga que sencillamente es una crítica contra el método Hollywoodiense, contra todos esos productores y encargados que sólo buscan lucrarse, que nunca arriesgan y que van a lo que van: Llenarse los bolsillos, es que sólo se está quedando con el cascarón, con la fachada, y está desechando lo mejor de todo, la yema y la clara.
¿Todo ello por qué? Pues porque "Barton Fink" también nos habla sobre nuestra mediocridad, pero no sólo sobre la mediocridad del tipo de a pie, sino sobre la que se halla dentro de cualquier persona, del rico productor, o del que está en una esquina vendiendo cupones, da igual la distinción que podamos poseer, en el fondo todos estamos hechos de la misma pasta y lo que nos distingue de los demás es nuestro ingenio creativo, estemos en lo más alto o en lo más bajo.
No olvidan tampoco, aprovechando las cualidades del protagonista, un tipo con principios, retratar la baja catadura de aquel que, por estar en la cumbre, se cree con el derecho a tratar a cualquier otro ser con desconsideración, pensando que todo gira a su alrededor, como si los demás tuviesen que asentir ante todo lo que dice y hace..

Todo ello, está culminado con uno de esos finales.. que logran un auténtico holocausto en la mente del espectador, incomodidad, desazón, nervio, incertidumbre y un montón de sensaciones que se agolpan en la cabeza, te la martillean y te clavan en ella un sello que dice "Gracias Coen, por otra bendita obra maestra".
Grandine
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