Haz click aquí para copiar la URL
España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
5
Terror El Doctor Alan es un excéntrico y rico dentista que vive en una gran mansión con su esposa Brooke, a la que un día encuentra en el jardín practicando sexo oral con el chico encargado de cuidar la piscina. Arrastrado por la locura, se vengará atrozmente de ella y, además, causará terribles estragos en la boca de sus pobres pacientes. (FILMAFFINITY)
20 de octubre de 2006
26 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lejos de su sucesora, El dentista es un film que se toma bastante más en serio a si mismo, para ofrecer al público una buena dosis de malsanas extracciones y sucios empastes.
En el, Yuzna se aprovecha de una correcta fotografía y unas adecuadas composiciones en forma de BSO que muy bien le vienen a la propuesta que nos sirve el realizador, brindándonos un sugerente espectáculo en el que las caries cobran un importante papel.

Quizá, su principal problema son sus primeros 45 min., donde el inicio calmado, las situaciones que se suceden sin demasiado interés, mostrando la psique del protagonista y la carencia de un poquito más de disfrutable acción obran en contra del film, haciendo que resulte harto monótono y que no llegue a capturar del todo.
Sin embargo, llegado el momento, El dentista es una película que ofrece lo que prometía, logrando secuencias verdaderamente disfrutables y mediando un buen espectáculo a través de su perturbado protagonista, interpretado con pericia por un Corbin Bernsen muy en su lugar.
Y es que, ese es uno de los mayores aciertos que posee la cinta firmada por Brian Yuzna sin lugar a dudas, su personaje principal, al que da una excelente definición gracias a los diálogos introducidos en tercera persona, el trabajo realizado en los instantes de mayor trastorno y las pocas licencias que se toma el dr. Feinstone cuando debe pasar a la acción.

No es que su planteamiento sea excesivamente original, ni que su desarrollo sorprenda en exceso, pues tampoco se libra de algunos tópicos bastante desgastados, pero su metraje bien desenvuelto, hace que en ningún momento el espectador llegue a mirar la hora ni pensar cuando rematará definitivamente el director, pues la ristra de perversiones sujetas al protagonista, mantienen enganchado al respetable, logrando que uno mismo pase un rato ameno y agradable.
También, al igual que en su segunda parte, hay que destacar esos magníficos minutos finales, con una buena carga de humor negro y una resolución, cuanto menos, curiosa.
Por tanto, se podría decir que este film de Brian Yuzna resulta recomendable para pasar algo menos de hora y media pegado a la pantalla gracias a un gran personaje, un elenco de peculiares secundarios y una buena dosis de sangre y enloquecidas reacciones por parte de nuestro doctor.
Grandine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow