Kormákur me pareció un tipo simpático con su "101 Reikiavik", pero he de decir que tras ver "A little trip to heaven" me ha cautivado completamente, por ese hipnótico y cautivador final que se te clava como pocos, por el magníficamente trazado personaje que compone Whitaker con tanta dulzura, por esos parajes tan bien retratados y, en especial, por esa banda sonora compuesta por esa versión de Tom Waits que da título a la cinta y por multitud de hipnóticos y preciosistas temas que le ofrecen ese aire tan nórdico al film.

Vale, sí, uno se pone a examinar el entramado, y si lo analiza con un poco de sosiego, pues probablemente encuentre agujeros por doquier, por la inverosimilitud de que unos trámites resulten tan fáciles, entre otras cosas, pero lo cierto es que termina "A little trip to heaven", y me importan bien poco tras ver este thriller de aire sobrio, donde queda esa conclusión tan agridulce como preciosa.

Evidentemente, Whitaker contribuye enormemente a ello, haciendo de su personaje no un mero trámite, sino construyéndolo desde unas bases que puedan resultar veraces y que acaben atañiendo al espectador.
Se agradece también que el director no caiga en el recurso fácil y sentimentaloide de siempre, ni que lo tiña de un halo de ñoñería gratuita, aunque ese final esté tan bien construido e hilvanado.

Vale, puede que no sea un thriller que vaya más allá de lo correcto, pero a mi me parece muy superior a la media de subproductos con los que nos vemos obligados a batallar año tras año y me encanta...