El deporte en general no suele tener grandes películas que le hagan justicia (el género documental ya es harina de otro costal). Hay muchas, y muy buenas, pero no es un género en el que prodiguen las obras maestras. En boxeo quizás hay más (Toro Salvaje o Million Dollar Baby, por ejemplo) pero deportes mayoritarios como el fútbol (quizás Evasión o Victoria sea la mejor), baloncesto (Hoosiers) o atletismo (Carros de Fuego) están un poco carentes de más calidad en sus películas.

En este caso, por fin el tenis, como eje central de una película (excluyo Match Point), tiene una película de calidad digna de ser recomendada.

Borg McEnroe es una película de factura sueca y es de una calidad magnífica. La mejor película sobre tenis hecha hasta ahora. La historia se cuenta a modo de flashbacks para mostrarte cómo forjaron sus personalidades estos dos monstruos del tenis, mientras que ambos se dirigen inevitablemente a su enfrentamiento en la final de Wimbledon de 1980, duelo que durante muchos años ha sido considerado como el mejor partido de tenis de la historia.

Ya seas amante de este deporte y de sus héroes o no, la película está muy bien contada. Ambos actores principales están muy bien caracterizados y no desentonan para nada en las escenas sobre la hierba de la pista central de Wimbledon. Es una auténtica gozada ver su duelo. La historia atrapa. Las fuertes personalidades y estilos de entender la vida de ambos tenistas está muy bien reflejado viéndose incluso un proceso de transformación de uno en el otro. En su juventud Borg era como McEnroe pero consiguió encerrar su carácter dentro de una cárcel de hielo. por el contrario McEnroe era pura explosión de sentimientos en la pista logrando en aquel partido tomar las riendas de su impulsivo carácter.

Buena película para pasar un muy buen rato.