Nos encontramos ante una película, que por su guión y ritmo interpretativo, podría pasar fácilmente por un aburrido telefilme de fin de semana, con poco que aportar.

La historia está basada en los hechos reales ocurridos a finales de los años 70 y mediados de los 80 del siglo pasado, en un pueblecito tranquilo de la fría Alaska, cuando un discreto panadero que respondía al nombre de Robert Hansen se dedicaba a contratar a prostitutas para llevarlas en su avioneta hasta una cabaña solitaria perdida en la montaña, para dar rienda suelta a sus pasiones mas enfermizas.
La policía tardó muchos años en darse cuenta de la desaparición de un buen número de prostitutas, ya que por aquellos lares, nadie se preocupaba por la suerte de aquellas mujeres de la calle, sin familia y muchas en condiciones ilegales de residencia. Sin embargo, el frío asesino Robert Hansen se había dedicado durante años a secuestrar, violar y matar a un gran número de mujeres, que engañadas con la promesa de una aventura excitante, montaban en una discreta avioneta, por un buen puñado de dolares, con destino a una cabaña solitaria, donde días después encontrarían la muerte. Algunas veces, el maníaco Hansen no parecía disfrutar lo suficiente con su macabra afición, por lo que jugaba al juego del gato y el ratón, dejando libre a algunas mujeres en mitad del frío de un frondoso bosque, para darlas caza con su escopeta, gracias a su familiaridad con el terreno montañoso que rodeaba su cabaña. En estas circunstancias poco podían hacer sus víctimas, que huían aterrorizadas con el único pensamiento de salvar su malograda vida.

En cuanto a la ficción de esta película, la trama es bastante pobre. No cabe duda, que en el momento de escribir esta historia, los guionistas se encontraron con una historia bastante peliaguda, que sin embargo no han sabido exprimir adecuadamente, para hacer de esta cinta algo con lo que el espectador pueda quedar intrigado o impactado por la salvaje crueldad del verdadero psicótico Robert Hansen. Sólo podemos ver al detective interpretado por Nicolas Cage lucirse con sus deducciones, a la caza del misterioso asesino en serie en la piel de un John Cusack bastante soso, que no es capaz de comunicar al espectador esos sentimientos tan oscuros y enfermizos del verdadero Hansen, limitándose a una serie de escenas insulsas de poca credibilidad, ya que la mayor parte de la película se centra en la investigación del caso y no en la naturaleza criminal del que debería ser el verdadero protagonista de esta peliaguda historia, cuyas verdaderas víctimas fueron las mujeres a las que tanto odiaba y persiguió hasta su muerte.