No, no, ¡otra vez, no! ¡5'7 de media! Críticas de usuarios otorgándole un 6, y gracias. Con cierta indulgencia y con una sonrisa compasiva. La película es buenísima y divertidísima. Cine familiar, o para uno, o una, en pareja, o con amigos. Usted se va reír, se lo digo yo. Lucille es una cómica fuera de serie. Fonda domina cualquier registro y en cualquier género. Los diálogos no tienen desperdicio. Escenas soberbias: en el pub, la borrachera de Helen, la fuga del doctor (dibujada su silueta de dibujo animado en el biombo translúcido). Las casi dos horas se pasan volando, bueno, riendo. Y enseña eso... ¿Cómo se llama? Ah, sí, valores. Frank remata la faena con un "La vida no es un capricho" en una de sus escenas finales.
¡Ostras! Se me olvidaba. Es una película que hace reír, ¡y con niños! ¡Y parece de la factoría Disney! Bah... entonces no vale ná... Me voy a poner una de Antonioni... o de Truñosawa...

Les dejo las cuatro perlas del médico que va a atender al niño enfermo:

Uno de los hijos abre la puerta con una vela encendida en la mano. "Vaya, he llegado tarde"

Frank señala con el dedo y va diciendo a los hijos: "Tú, a tu cuarto, tú al tuyo, tú al tuyo..." Y señala al médico también. Este protesta: "Yo soy el médico" Y Frank: "Pues levante usted más la vela".

Mientras Lucille lo lleva a la habitación del enfermo: "¿Cuál es el nombre de esta residencia?"

El médico se va de la casa y, en ese momento, llaman a la puerta y aparecen los tíos con las dos hijas pequeñas. "Hombre, por caridad, procuren dejarlos en otra puerta."

No me hagan caso, joder. ¡Dónde estén los diálogos de Bergman!