La película narra la historia del joven Sparks. Llegado a la granja de sus tíos no muestra ningún interés en establecerse con ellos hasta que descubre que en una granja cercana hay buenos caballos de carreras. Desde ese momento su única obsesión será la de tener un caballo propio con el que participar en las populares, por aquellos lares, carreras de trotones.
La película se deja ver a duras penas. Es un mero entretenimiento juvenil al estilo de las "Lassie" o de la afamada "National Velvet", ambas con una jovencísima Lyz Taylor de protagonista. Pero esta "Home in Indiana" es mucho peor claro. Está desfasada, trata de un tema poco atractivo (carreras de trotones) y su joven protagonista Lon McCallister nunca da la talla, por cierto, nunca mejor dicho. La verdad es que el pobre me ha resultado insoportable.
Hathaway no tuvo uno de sus mejores días pues hasta el genial Walter Brennan deambula en la película como alma en pena. Eso sí, qué personaje tan dulce y encantador nos ofrece la guapísima Jeanne Crain en uno de sus primeros papeles. Le daríamos de tortas al pánfilo de Lon McCallister cada vez que la rechaza.