Robert Siodmak tuvo que recurrir de nuevo a los EEUU para filmar otra buena película. En esta ocasión, acerca de las vicisitudes de un grupo de residentes en el Berlín comunista cuyo objetivo será llegar al otro lado del muro gracias a la construcción de un túnel.
La película mantiene el tipo y se sigue con interés gracias al ritmo que imprime Siodmak, a la magistral puesta en escena en interiores (en exteriores flojea la cosa), una gran fotografía en blanco y negro y una magnífica interpretación de Don Murray (muy bien acompañado, todo hay que decirlo, por el resto del elenco)
Debo añadir que en la copia que he podido conseguir se detectan importantes fallos de montaje que, en principio, sí parecen de la película original. Si es así, Siodmak debería haberle dado boleto al montador tras visionar semejante destrozo.