Tenesse, mujeriego y jugador empedernido tiene como socia a la guapa e inteligente Elisabeth. Ambos regentan, en un pueblecito de la California del oro, un salón de lo más original donde las chicas de Elizabeth buscan maridos millonarios mientras Tenesse gana puñados de dinero jugando al póker. Al pueblo llega "Cawpoke", un honesto vaquero que lo primero que hace es salvar la vida de Tenesse. Éste comenzará a ver la vida de otra manera.
Espléndido western dirigido por el prolífico e irregular Allan Dwan. Un buen guión, interesantes diálogos, ritmo trepidante, acción y una soberbia dirección de actores son magníficas virtudes de la cinta. Pero, por encima de todo, lo que sorprende, admira y hasta apabulla al espectador es esa enorme mansión verdadera amalgama de funcionalidad y que sirve de prostíbulo, salón de juego, bar, pero también (paradojas del estilo arquitectónico) sirve de escuela, saloncito Dickensiano con chimenea incluida y rastrillo benéfico con bollos y café. La decoración de la casona, por otra parte, no puede ser más horrorosa y ostentosa.
Debo acabar rompiendo tres lanzas. Una a favor de ese excelente actor llamado John Payne, que bordó todos sus personajes de cine negro. Otra a favor de la irresistible Rhonda Fleming, maravillosa en esta historia. Y una tercera en favor de Ronald Reagan, pues realiza aquí un trabajo digno y competente.