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Voto de Anibal Ricci:
8
Terror. Romance. Thriller En la ciudad iraní de Bad City puede pasar cualquier cosa. En medio de un abanico de personajes marginales, un vampiro vaga en busca de sangre. Al western vampírico se le suma un romance teñido de sangre. A Girl Walks Home Alone at Night combina géneros y estilos: invoca el western, la fascinación propia de Lynch, el terror y las novelas gráficas. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta cineasta neoyorquina, probablemente de antepasados iraníes, es una mujer inquieta, su cine (al menos sus dos primeras películas) tienen una profunda raíz feminista, aunque cita en sus películas a cineastas del sexo opuesto: la extrañeza de Lynch (su amor por lo oscuro), el empleo de música de Tarantino (planos muy cercanos al de Knoxville), hay algo de Jarmusch en el uso del blanco y negro, aunque sus anécdotas son más simples, pero indudablemente más eróticas que los recién nombrados.

La escena en su habitación con el muchacho disfrazado de Drácula (Arash) pareciera detener el tiempo, ella es un arma feroz pero la candidez del muchacho la aniquila, hace recordar a Criatura de la Noche del sueco Tomas Alfredson, otra cinta donde una niña terrorífica cautivaba el corazón del hombre. En ambas, la mujer es lo que es, se oculta de los demás por supervivencia, pero se puede enamorar y perdonar la vida de su amado.

Puede ser la mujer más letal del universo, pero se contiene, es capaz de sentir empatía por el otro. A pesar del daño que le hace al padre (The Junkie), a mitad de la noche, con el gato de testigo, Arash decidirá enfrentar el destino de compartir un futuro aciago con The Girl, la mujer sin nombre. Es ese mundo caótico de Bad City, situado supuestamente en Irán (hablada en farsi), se cuela el presente permanente de los ochenta, años rodeados de estilo, que la directora capta con la cámara (fotografía de Lyle Vincent) y brinda momentos suspendidos en el tiempo, vividos con intensidad, donde la música es un referente indudable.

Los personajes de esta Ciudad Mala son seres marginales: una prostituta atrapada en el tiempo, un proxeneta estiloso, un niño que pasa las horas en la calle, un padre drogadicto y una pareja de amantes improbable. Todo transcurre al borde del abismo, aunque la historia siempre mantiene la austeridad de sus escasos elementos. Un cuento de amor entre un humano y una vampira, mostrando las debilidades de ambos, sus figuras acercándose, el cuello cerca de sus colmillos, la intensidad sexual que se torna en amor, ella desciende y se apoya en su pecho, un plano medio que sublima todo lo decadente en ese encuentro celestial, ese instante puro que le da un nuevo significado a la eternidad.

La música en ocasiones recuerda los acordes de Ennio Morricone, ¿estaremos en presencia de un western posmoderno? La cinta se construye en base a duelos entre los protagonistas y los secundarios, por un lado, Arash, de origen humilde, trabaja reparando cosas para una mujer rica que no lo considera a la altura, en cambio, The Girl discrimina entre quien vive y a quien mata, esta vampira lucha contra la injusticia y elimina a la escoria de la sociedad.

The Girl siente fascinación por la vida de una prostituta (Atti), personaje que anhela un futuro, pero que está triste porque cada polvo la cosifica y hace revivir un instante que no puede perpetuar, los años pasan y The Girl (que no envejece) observa de lejos esa tristeza efímera, comparándola con la suya eterna, los años la harán más triste si sigue desconfiando.

Tanto en esta película como en Amores Caníbales (2016), la protagonista va encontrando su camino, hay determinación en su actuar, una fuerza capaz de vencer cualquier adversidad. Ese feminismo no está exento de sensualidad, está abierto a muchas posibilidades, aquí la mujer nunca es sumisa, pero incluso siendo un vampiro, no es esa mujer vacía que va enfrentando a todos los hombres, hay humanidad detrás, el amor siempre será más importante que la posesión de otras almas.

Por eso Arash la conmueve, no tiene nada que perder y lo poco suyo (un auto de colección) quiere compartirlo con ella, que no juzga, que le muestra el botín de sus asesinatos, ese secreto que al fin puede compartir con alguien, su alma inmortal se ha enamorado.
Anibal Ricci
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