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Voto de Ferdydurke:
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Intriga. Thriller
El detective Lincoln Rhyme (Denzel Washington) sufrió un terrible accidente durante una investigación que le dejo tetrapléjico. Sin embargo sigue siendo uno de los mejores policías de Nueva York, capaz de seguir el rastro de sus pesquisas desde la cama en la que está postrado. Sólo necesita un poco de ayuda, la de una agente que sea capaz de conectar con su intuición y llevar a la acción sus conclusiones. Junto a la oficial novata ... [+]
30 de enero de 2021
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
De ratas y hombres. La dinamo humana. El retrete humano.
Hace no tanto tiempo para considerarte un asesino, en serie a ser posible, de fuste, digno de respeto y admiración, como dios manda, había que ser, para empezar a hablar, un Einstein, un Picasso y un Shakespeare, de lo contrario, te comías los mocos, ni se te tenía en cuenta, tus asesinatos más logrados y esforzados eran simplemente despreciados, nadie les hacía el más mínimo caso, ya podías matar a uno o a setecientos, trocearlos o comértelos, que daba exactamente igual si no tenías la creatividad, inteligencia y sentido del humor suficientes para dejar pistas jugosas a policías salerosos, nada de nada, o jugabas al escondite, al pilla pilla y hacías esmerados sudokus con los huesos y las vísceras más selectas de tus pobres víctimas recién decapitadas o silencio absoluto, a seguir con tu vida de mierda, ignorado por las masas más sedientas de ídolos y ejemplo, hundido en la miseria de tu derrota y abandono, de tanta desesperación acumulada durante años de sacrificio inútil. Por lo tanto, para dedicarse al mundo del oprobio y el muere, el crimen nefando como una de las bellas artes, con verdaderas ansias profesionales y algunas ganas de llamar la atención, directo a la posteridad, para dominar el oficio de paso, había que tener varias carreras universitarias en los distintos campos del saber, tanto en las ciencias como en las letras, física, filosofía, filología, historia, química, medicina, espeleología, escatología y así ininterrumpidamente, alquimia y veterinaria tampoco estarían mal, más muchos, obviamente, años de experiencia de campo, de patearse la calle día y noche, de curtirse en la adversidad y la humillación, en hospitales, psiquiátricos, cárceles, guerras, editoriales, consejos de administración, rodajes porno y reuniones de ayuntamiento, si no querías correr el peligro de ser un simple aficionado u otro matarife manitas con ínfulas de querer aparecer en las noticias, pero sin preparación ninguna. Era, al fin y al cabo, un trabajo envidiable, como ahora el de futbolista, pertenecías a un grupo selecto, al de la gente de mucho pedigrí y alta alcurnia, mentes preclaras y cuerpos tallados en el más duro entrenamiento, en la renuncia y el máximo sacrificio.
Hoy, desgraciadamente, todo empeora y degenera, lo tengo muy dicho y no se me hace ningún caso, siempre un paso más cerca del infierno, ya no, cualquier tarugo, pelagatos o importante zoquete, un fulano, puede ser un criminal de relumbrón e importancia, salir destacadamente en todas la redes sociales, sin saber siquiera escribir o leer y sin tener la puñetera necesidad de matar a nadie, qué vergüenza y dejación de responsabilidades, en realidad están apropiándose culturalmente del legado de sus ancestros asesinos, atribuyéndose sus méritos sin pagar ningún precio por ello, basta con robar alguna triste cosa (dinero o grandes propiedades, por supuesto, no hablamos de las añoradas gallinas sustraídas por el gran Eleuterio) o hacerse político de cualquier partido, qué triste, para hacerse un hueco en ese proceloso mundo.
Pues eso, que la nostalgia me come vivo y alzo mi copa rebosante de buen vino por esos tiempos tan bonitos, el tiempo de los verdaderos asesinos, que jamás volverán, desgraciadamente, ahora solo nos quedan ya lágrimas y recuerdos, hacer mutis por el foro, rasgarnos las vestiduras y fruncir el ceño con desdeño, no nos queda más remedio, o también te puedes volver más lelo para estar a juego con tu tiempo, no dar la nota por ello.
Le película es una bomba de gran entretenimiento y sana estupidez, la gozamos a morir y la padecimos lo suyo. Es un castillo en el aire, un circo que levita, suspendido en el éter (siempre quise escribir esta palabra), una filfa la mar de divertida. Y ellos dos son imperiales, en esos ojos suyos te acurrucas para siempre, cuánto me gustaría bañarme en ese océano verdinegro.
Y los secundarios son fabulosos, el mítico actor de las matrimoniadas, maravilloso, el Rooker siempre maloso, perfecto, la reina Latifah, qué hermosa y redonda, el latino indispensable (si no es Guzmám, suele ser Leguizamo, a ambos los amo a modo).
Pero casi destrozan la película a última hora, con ese final absolutamente espantoso, aberrante e innecesario, formulario en el peor sentido. Menos mal que lo arreglan un poco con el epílogo tan cariñoso y jacarandoso
Hace no tanto tiempo para considerarte un asesino, en serie a ser posible, de fuste, digno de respeto y admiración, como dios manda, había que ser, para empezar a hablar, un Einstein, un Picasso y un Shakespeare, de lo contrario, te comías los mocos, ni se te tenía en cuenta, tus asesinatos más logrados y esforzados eran simplemente despreciados, nadie les hacía el más mínimo caso, ya podías matar a uno o a setecientos, trocearlos o comértelos, que daba exactamente igual si no tenías la creatividad, inteligencia y sentido del humor suficientes para dejar pistas jugosas a policías salerosos, nada de nada, o jugabas al escondite, al pilla pilla y hacías esmerados sudokus con los huesos y las vísceras más selectas de tus pobres víctimas recién decapitadas o silencio absoluto, a seguir con tu vida de mierda, ignorado por las masas más sedientas de ídolos y ejemplo, hundido en la miseria de tu derrota y abandono, de tanta desesperación acumulada durante años de sacrificio inútil. Por lo tanto, para dedicarse al mundo del oprobio y el muere, el crimen nefando como una de las bellas artes, con verdaderas ansias profesionales y algunas ganas de llamar la atención, directo a la posteridad, para dominar el oficio de paso, había que tener varias carreras universitarias en los distintos campos del saber, tanto en las ciencias como en las letras, física, filosofía, filología, historia, química, medicina, espeleología, escatología y así ininterrumpidamente, alquimia y veterinaria tampoco estarían mal, más muchos, obviamente, años de experiencia de campo, de patearse la calle día y noche, de curtirse en la adversidad y la humillación, en hospitales, psiquiátricos, cárceles, guerras, editoriales, consejos de administración, rodajes porno y reuniones de ayuntamiento, si no querías correr el peligro de ser un simple aficionado u otro matarife manitas con ínfulas de querer aparecer en las noticias, pero sin preparación ninguna. Era, al fin y al cabo, un trabajo envidiable, como ahora el de futbolista, pertenecías a un grupo selecto, al de la gente de mucho pedigrí y alta alcurnia, mentes preclaras y cuerpos tallados en el más duro entrenamiento, en la renuncia y el máximo sacrificio.
Hoy, desgraciadamente, todo empeora y degenera, lo tengo muy dicho y no se me hace ningún caso, siempre un paso más cerca del infierno, ya no, cualquier tarugo, pelagatos o importante zoquete, un fulano, puede ser un criminal de relumbrón e importancia, salir destacadamente en todas la redes sociales, sin saber siquiera escribir o leer y sin tener la puñetera necesidad de matar a nadie, qué vergüenza y dejación de responsabilidades, en realidad están apropiándose culturalmente del legado de sus ancestros asesinos, atribuyéndose sus méritos sin pagar ningún precio por ello, basta con robar alguna triste cosa (dinero o grandes propiedades, por supuesto, no hablamos de las añoradas gallinas sustraídas por el gran Eleuterio) o hacerse político de cualquier partido, qué triste, para hacerse un hueco en ese proceloso mundo.
Pues eso, que la nostalgia me come vivo y alzo mi copa rebosante de buen vino por esos tiempos tan bonitos, el tiempo de los verdaderos asesinos, que jamás volverán, desgraciadamente, ahora solo nos quedan ya lágrimas y recuerdos, hacer mutis por el foro, rasgarnos las vestiduras y fruncir el ceño con desdeño, no nos queda más remedio, o también te puedes volver más lelo para estar a juego con tu tiempo, no dar la nota por ello.
Le película es una bomba de gran entretenimiento y sana estupidez, la gozamos a morir y la padecimos lo suyo. Es un castillo en el aire, un circo que levita, suspendido en el éter (siempre quise escribir esta palabra), una filfa la mar de divertida. Y ellos dos son imperiales, en esos ojos suyos te acurrucas para siempre, cuánto me gustaría bañarme en ese océano verdinegro.
Y los secundarios son fabulosos, el mítico actor de las matrimoniadas, maravilloso, el Rooker siempre maloso, perfecto, la reina Latifah, qué hermosa y redonda, el latino indispensable (si no es Guzmám, suele ser Leguizamo, a ambos los amo a modo).
Pero casi destrozan la película a última hora, con ese final absolutamente espantoso, aberrante e innecesario, formulario en el peor sentido. Menos mal que lo arreglan un poco con el epílogo tan cariñoso y jacarandoso
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Valió la pena que te cayera Nueva York encima y que te partiera la columna vertebral entera para así tener la inmensa fortuna de conocerla a ella, mucho mejor en silla de ruedas, motorizado, que vivir sin el amor de Amelia, de hecho, yo también ofrendo mis carnes morenas y tan prietas, mi cuerpo en holocausto, para ver si así de una vez por todas Angelina me mira como él la mira a ella. Y ni quiero imaginar los hijos que tendrán, la ciencia avanza que es una barbaridad mediante, serán maravillosos, de miel y oro, de ébano dorado, para comérselos a trozos.
Solo le faltaron a esas navidades perfectas o lo que fueran la niña salvada de las aguas para que les agradeciera su vida nueva.
P.D.: También hemos empeorado mucho en la televisión, metáfora de todo lo demás, otra señal de la bestia de nuestra imparable decadencia; hay un dato que lo demuestra definitivamente, me refiero a que ya nunca nos dejan disfrutar de los queridos títulos de crédito finales, se ve que tienen mucha prisa para ir a ninguna parte, esa velocidad de la necedad, ganas de moverte porque no puedes soportar estar quieto, huida ciega hacia delante, directo a la muerte, que en este jodido caso además supuso que nos privaran de escuchar la estupenda canción "Don´t give up", de Peter Gabriel y Kate Bush, que Dios no les perdone.
Solo le faltaron a esas navidades perfectas o lo que fueran la niña salvada de las aguas para que les agradeciera su vida nueva.
P.D.: También hemos empeorado mucho en la televisión, metáfora de todo lo demás, otra señal de la bestia de nuestra imparable decadencia; hay un dato que lo demuestra definitivamente, me refiero a que ya nunca nos dejan disfrutar de los queridos títulos de crédito finales, se ve que tienen mucha prisa para ir a ninguna parte, esa velocidad de la necedad, ganas de moverte porque no puedes soportar estar quieto, huida ciega hacia delante, directo a la muerte, que en este jodido caso además supuso que nos privaran de escuchar la estupenda canción "Don´t give up", de Peter Gabriel y Kate Bush, que Dios no les perdone.