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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
8
Drama A pesar de haber empezado una prometedora carrera de escritor, Ryota va de desilusión en desilusión. Se ha divorciado de Kyoko y gasta todo el dinero que gana como detective privado apostando en las carreras, por lo que finalmente no puede pagar la pensión alimentaria de su hijo de 11 años, Shingo. Ahora Ryota intenta ganarse nuevamente la confianza de sus seres queridos y formar parte de la vida de su hijo. La situación no parece ... [+]
14 de noviembre de 2016
34 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué mal acostumbrado estoy a la dieta única, a ese cine que es todo igual, norteamericanoespañol mayormente, y que considera al espectador como a un zombi medio alelado (de ahí el morrocotudo éxito de películas que tienen a esos seres como protagonistas, la identificación del espectador es rápida y directa en esos casos, salta a la vista, no tiene que hacer el más mínimo esfuerzo para ponerse en la piel de ellos) al que hay que mandar descargas eléctricas, terapia de electroshock y mucho choque, para ver si así resucita/reacciona y a ser posible abre de una puta vez los ojos y algo por lo menos se emociona, tantos días viendo esas películas llenas de empujones, sustos y descalabros (me han hecho un gran daño, estoy ahíto, mi mente es un solar, tengo el cerebro completamente destruido/derruido, el espíritu calcinado), que para una vez que me voy a un japonés, ya casi no entiendo nada, un desconcierto y un desconsuelo constantes me atoran, ese malestar o gran inquietud, a la espera eterna del golpe bajo melodramático que nunca llega, lo que fuera o sea, una enfermedad terminal, un atraco a mano armada, un cambio de sexo repentino, una invasión de alienígenas ultracuerpos, y nada, aquello que discurre con una calma chicha acojonante. Ya llegará, seguro, me digo para darme ánimos o tranquilizarme un tanto, al final caerán ellos también, qué se habrán creído estos puñeteros orientales, hasta que se puede contar una historia sin recurrir a trucos de tahúr ni trapacerías varias, sí, ya, jaja, y voy yo y me lo creo, todo. Pues sí, amigos, es una de esas películas que muchos dirán, seguro que con toda la buena intención del mundo, que es lenta y que no pasa nada. Y yo les contestaría que todo lo contrario justamente, que pasa todo, la vida entera delante de tus/sus adormilados/domesticados ojos, así, a las bravas. Pasa lo que no se suele contar, los entresijos, los intríngulis, las zonas en sombra, esas conversaciones o tiempos muertos, esas noches sin sueños, en el trabajo, en la cena, oyendo la radio, hablando del tiempo, recordando, penando, paseando, despierto soñando, trampeando, amando y odiando. Y sin alzar la voz ni montar el número, sin echar a correr o salvar el mundo, sin superación ni perdición. Solo pasando.
Y con un héroe que es un antihéroe peo no romántico, más bien vulgar, creíble y gracioso, un pobre desgraciado, un golfante, un caradura, un buen hombre y un pequeño miserable, hijo de un padre parecido. Los hombres de esa familia son débiles, tramposos e irresponsables. Ellas son lo opuesto. Fuertes, sabias y decididas. Ellos viven entre la nostalgia inútil del pasado y la engañosa ilusión del futuro. Ellas en el presente. Ellos sienten la vida como una complicación doliente. Ellas la desentrañan en su compleja sencillez.
Es un cincuentón de buen ver pero de capa caída, derrotado, que quería ser escritor y es ya solo un cutre investigador que anda entre sobornos y trapicheos. Su mujer le ha dejado y su madre y su hermana le quieren pero, con cariño, más la madre, le recuerdan constantemente en lo que se ha convertido, nada bueno.
Asombra la maestría con la que se desgranan los diálogos y las situaciones, con una gran sutileza e inteligencia. Y es muy hermoso el modo en que se atiende a los pequeños detalles, a esos encuentros, confesiones e intimidades en los que se reconoce lo que la vida hace con las personas, lo triste y bello que es todo según se mire o sienta, depende del grado de dolor o el estoicismo de cada uno.
Se habla del fracaso, de la resistencia, del cariño, de la pérdida, de la madurez como desilusión y la paternidad como gran responsabilidad. Todo ello contado con humor, delicadeza y gran precisión.
Es una gran película. Un oasis acogedor, caluroso y especial. Un regalo de sencillez y hondura que en sus casi dos horas, no todo es perfecto, también decae en escasas ocasiones y sobra alguna escena de relleno, nos reconcilia con el cine y también, aunque sea solo un poquito, con el mundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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