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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
8
Drama Dos chicos de orígenes distintos conviven y se hacen amigos en un edificio de Brooklyn, pero su amistad se pondrá a prueba cuando sus respectivas familias se enfrenten por el arrendamiento de una tienda. (FILMAFFINITY)
11 de noviembre de 2016
33 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Equilibrio, le dice el padre, de eso se trata, esa es la clave para tener una buena vida; la capacidad de distinguir lo importante de lo fútil, de discernir cuando toca hablar o sin embargo mejor callar, luchar o esperar, pelear o descansar, reír o llorar. Y esa en apariencia obviedad o puro sentido común es la madre del cordero, de todo, como forma de nombrar la infinita dificultad y complejidad de la vida, manual sin instrucciones de uso, y de ahí su gracia, riqueza o posible misterio. Que no vale con la voluntad ciega que tanto gusta y vende, el sufrimiento como una de las bellas artes, lemas que hablan de la superación bruta de las limitaciones y la consecución de objetivos fríos, ni tampoco con lo contrario, el abandono nihilista y autocomplaciente, el malditismo romo, la bohemia de chichinabo, la tontería ensimismada, o sí, pero solo a veces, depende, según, tal vez, quizás y ya mañana veremos. Nada hay fijo ni establecido en ningún sentido (en el mundo de las decisiones o los afectos y la resultante de su mezcla especialmente); ni en lo grande ni en lo pequeño.
Y todo esto que trato de explicar torpe y demasiado prolijamente es la argamasa sutil e inspirada de esta bella película, su sentido y pequeño milagro, el equilibrio, justamente, que la sostiene y alienta. Ese apurar la vida en lo que tiene de inaprensible, doloroso y delicado, sin malos, buenos, grandes tragedias, espantosos tormentos o tremendos culpables y maravillosos a última hora remedios. Así parece.
Nueva York. Dos familias. Un verano. Una amistad. Una muerte. Un contrato. Una obra de teatro. El dinero. La separación. La madurez. La distancia. Podría ser otro orden u otros elementos, la interpretación, el teatro, las clases sociales, el pasado. Se habla de todo de forma casi inadvertida, se van desgranando temas y asociaciones de ideas y sentimientos a partir de anécdotas o sucedidos nimios, esenciales, aparentemente banales.
Se podría hablar de la adolescencia herida, frágil, tierna y su articulación a través de una amistad entre opuestos que se quieren. De sus debilidades, de su dependencia de unos padres vulnerables y sus dificultades económicas. Pero nos perderíamos otros muchos asuntos igualmente decisivos o cruciales, no le haríamos justicia a esta obra.
Quizás el corazón de la historia sea el conflicto, nudo gordiano irresoluble, que provoca el contrato de alquiler que los herederos quieren adaptar a los nuevos tiempos y que la mujer de origen chileno (la Paulina García de "Gloria", otra estimable película) no puede pagar; engorrosa disputa en la que nadie es inocente o culpable del todo y que se resuelve de la única manera posible*.
Quizás algo esquemática y transparente en primera instancia, como forma lógica y superficial, pero de gran calado u hondura en su contenido; jeroglífico humano retratado en su exacto mecanismo y discurrir, sin solución, implacable, como suelen ser las cosas, así es, así fue o será.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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