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Voto de Ferdydurke:
2
21 de enero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cruce telúrico. Una polla, calla. Una puerta abierta al más allá. El Pulitzer. Mil euros al día, 18000 en total para empezar a hablar y luego si eso sonorizar. Todo por la pasta. Balada triste de trompeta. 800 balas.
Jajajajaja....
Es todo muy tierno. Y sombroso, asombrosamente malo. Sin parangón. Es como si hicieras una parodia muchas veces sobre una misma cosa, tantas, que llegado un punto, que se pierde en el más allá, donde el universo se dobla, inevitablemente, de repente, sin previo aviso, se volviera una cosa seria, no se sabe muy el porqué, eso por lo menos pretende la pobre, o no, vaya usted a saber. El caso es que es perfecta en su necedad y falta de vergüenza, como desastre absoluto, inverosímil, como meter una canasta desde la otra canasta, como creerse alguna maldita cosa de la que dicen los medios, todos, algo parecido e igualmente maravilloso, que pasa una vez cada tres siglos, de hecho, esto lo debió haber previsto Nostradamus, dónde estabas cuando más se te necesitaba, yo te maldigo, adivino.
A cada cual es más guapa, preciosas todas. Pobres chicas, podrían estar haciendo teatro shakespeareano, de Calderón o del mismo Buero Vallejo, incluso si hubieran nacido en Dinamarca hace tanto tiempo, hasta podrían haber protagonizado una de Dreyer o la Juana de Arco de Bresson en Francia, ese proceso, o qué sé yo, me mareo, cuánto talento desperdiciado y ahora estoy hablando completamente en serio, no bromeo, así lo creo.
No puede ser más cutre y pobretona, muy amateur, como el porno aficionado, más simpatica y amable.
Ya digo, perfecta, no pretende nada ni le importa, no tiene excusas, es rigurosa, en su justa medida está su aparatosa desgracia, pero mejor hacer esto que tener que pedir en el metro o ser periodista deportivo, el que sigue al Madrid concretamente, por ejemplo, mejorando lo presente, también es cierto.
Es, también, una película visionaria, adelantada a su tiempo, en un pueblo perdido de nuestra amada patria, no en el lejano oriente, ni mucho menos, de hecho, comenzó todo esto, eso que ahora nos ocupa a todo el mundo y que tiene su origen nefando en la España interior y vaciada, abandonada malamente, donde se disputó a muerte el democrático voto del señor Cayo, donde hace tantos siglos vivieron felizmente los godos y los visigodos, coño, tronco, la hostia puta ya, macho.
Jajajajaja....
Es todo muy tierno. Y sombroso, asombrosamente malo. Sin parangón. Es como si hicieras una parodia muchas veces sobre una misma cosa, tantas, que llegado un punto, que se pierde en el más allá, donde el universo se dobla, inevitablemente, de repente, sin previo aviso, se volviera una cosa seria, no se sabe muy el porqué, eso por lo menos pretende la pobre, o no, vaya usted a saber. El caso es que es perfecta en su necedad y falta de vergüenza, como desastre absoluto, inverosímil, como meter una canasta desde la otra canasta, como creerse alguna maldita cosa de la que dicen los medios, todos, algo parecido e igualmente maravilloso, que pasa una vez cada tres siglos, de hecho, esto lo debió haber previsto Nostradamus, dónde estabas cuando más se te necesitaba, yo te maldigo, adivino.
A cada cual es más guapa, preciosas todas. Pobres chicas, podrían estar haciendo teatro shakespeareano, de Calderón o del mismo Buero Vallejo, incluso si hubieran nacido en Dinamarca hace tanto tiempo, hasta podrían haber protagonizado una de Dreyer o la Juana de Arco de Bresson en Francia, ese proceso, o qué sé yo, me mareo, cuánto talento desperdiciado y ahora estoy hablando completamente en serio, no bromeo, así lo creo.
No puede ser más cutre y pobretona, muy amateur, como el porno aficionado, más simpatica y amable.
Ya digo, perfecta, no pretende nada ni le importa, no tiene excusas, es rigurosa, en su justa medida está su aparatosa desgracia, pero mejor hacer esto que tener que pedir en el metro o ser periodista deportivo, el que sigue al Madrid concretamente, por ejemplo, mejorando lo presente, también es cierto.
Es, también, una película visionaria, adelantada a su tiempo, en un pueblo perdido de nuestra amada patria, no en el lejano oriente, ni mucho menos, de hecho, comenzó todo esto, eso que ahora nos ocupa a todo el mundo y que tiene su origen nefando en la España interior y vaciada, abandonada malamente, donde se disputó a muerte el democrático voto del señor Cayo, donde hace tantos siglos vivieron felizmente los godos y los visigodos, coño, tronco, la hostia puta ya, macho.