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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
4
El perdón
2009 España
Documental
6,6
345
Documental En 1994, Andrés Rabadán se entrega a la policía después de descarrilar tres trenes y matar a su padre con una ballesta. En el juicio se le declara inocente, porque le diagnostican una esquizofrenia delirante paranoide, pero se procede a su ingreso en un pabellón psiquiátrico penitenciario. En la actualidad, Rabadán continúa aislado, está casado, ha publicado dos novelas y ha expuesto tres colecciones de pinturas expresionistas que ... [+]
21 de julio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La realidad es tan grotesca y abominable que a veces, para entretenerse y demostrar que puede, le gusta adornar sus acciones más atroces y repulsivas con un punto de humor negro y unas gotas de ominoso sarcasmo, ese detalle definitivo que pone rúbrica al espanto, la firma del autor, del pintor de batallas en su cuadro.
Este es el caso, ya que cuando empecé a ver esta cosa documental tenía la peregrina idea, vete a saber tú por qué, quizás su mayor mercadotecnia, de encontrarme al Rabadán de la catana, José, el que asesinó a toda su familia, padre, madre y hermana, siendo un criajo repelente de 16 años, y no a este otro Rabadán, el de la ballesta, Andrés, que asesinó solo, más que suficiente, a su padre después de descarrilar varios trenes previamente, más talludito, ya no adolescente.
No habrá apellidos en el mundo para que tengan que coincidir estos dos ni mucho menos habituales en parecidas y horrorosas y esperpénticas circunstancias, perpetrando similares espantos.
Lo dicho, se añade grosería a lo macabro, sal gruesa en la herida abierta, risa sucia en la más grande ignominia.
Aclarado este asunto, que Andrés-21-ballesta-solo padre y trenes no es José-16-catana-toda la familia, vayamos al grano.
Hablan la hermana principalmente, el otro hermano parece que no quiere saber nada, quizás sea esa la opción más digna y elegante en estos horribles casos, aunque nunca se sabe, y Andrés, también un amigo, seguramente el único. Más abogados, psiquiatras, criminalistas, periodistas y demás gente de esa calaña.
No se tiene ni puta idea de por qué pasó lo que pasó, la vida manda y se divierte haciendo estas guarradas sin nombre.
Pero claro, hay que buscar explicaciones, causas, motivos, orden, reglas, leyes, límites, fechas, toda esa rutinaria mandanga.
Pues a eso, a reducir, que decía Ferrán Adriá.
(Spoiler aquí por falta de espacio ahí abajo)
- Estaba loco. Esquizofrenia delirante paranoide. O no estaba loco, era un psicópata frío que sabía en todo momento lo que hacía (fingirá locura posteriormente para salvar el culo). O estaba cuerdo pero le dio inesperadamente un brote psicótico (si te da un brote solo cada seis meses no estás loco, si te dan más, sí: ¿y seis meses y un día y seis meses menos un día?). Dice Rabadán que en determinadas circunstancias, con mucha presión o desgobierno, personas de mente frágil pueden estallar y cometer ciertas tropelías. Pues eso. O tampoco. Seguro que hay opciones para todos los gustos. Bueno, le metemos en la cárcel, no, mejor en un psiquiátrico y echamos la llave o si no ya veremos.
- ¿Por qué lo hizo? Porque su padre puso la leche tibia (pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca), señalaron algunos medios en cachondos titulares, con guasa malsana. Él mismo dice que no sabe por qué lo hizo, lo de los trenes en cambio sí, porque se sentía perseguido y quería vengarse, avisar de que podía ser peligroso si le hacían algo, si se seguía sintiendo acosado, aunque solo fuera imaginariamente.
Y luego está la hermana que se agarra al comodín del público y que uno, perro viejo en estas lides criminales espectaculares tan televisivas y cinematográficas o de cómo se produce la metamorfosis que va de lo íntimo e inexplicable a lo masivo y morboso, intuye, sabe desde el mismo principio, al ver cómo se juega con la sorpresa y cómo se administra el misterio, mejor después de la publicidad, siempre, que aparecerán los muy conocidos abusos sexuales, hacia ella, no hacia él, por parte del padre, hecho que pareciera siempre cerrar cualquier caso, que fuera la explicación definitiva, casi la única de todo mal, y que se suele frivolizar y banalizar al convertirse casi en un Macguffin, cuando obviamente suele formar parte, cuando muy desgraciadamente los hay, no siempre, inextricablemente, de todo lo demás.
Bueno, dejemos esto a un lado y vayamos a algo de lo más interesante que apuntan pero en lo que no profundizan apenas nada, ese realismo costumbrista (el mal perfecto y más hondo suele estar ahí agazapado, no en los fuegos artificiales, sí en la costra de cada día, en esa masa viscosa, inadvertida, nada rimbombante ni llamativa, en la cobardía, maldad y estupidez conjunta de la mayoría, en esa inercia, burocracia o rutina que cubre de normalidad el horror sin remedio ni salida) español tan tremendo: que se gustaron, liaron y embarazaron, que él se largó como alma que lleva el diablo y al de poco lo persiguieron y encontraron, como manada de lobos sedientos, los hermanos de ella, cumpliendo con su destino y obligación, seguro que con pocas ganas, con lo que la pareja feliz, así apuntaba todo, se casó y tuvo tres hijos en total; y que ella era sumisa y él parecía que mandaba más, que ella dependía completamente de él, hasta para salir a la calle necesitaba su presencia, no se atrevía sola. Bueno, y sobre todo, que ella, se ve que muy harta de su mala vida, se suicida. Una tragedia. Sí, esa es una gran señal de que algo gordo está pasando, va muy mal, además de posible propiciadora de más desgracias en cascada.
Pero ya, no se investiga ni comenta nada más, se insinúa constantemente que el padre era un pequeño monstruo y la madre una gran víctima, pero porque lo dice la hermana de aquella manera, tampoco mucho y más sobre todo a posteriori, cuando la gran tormenta ya había pasado; Andrés nada malo dice de su padre y por supuesto no comenta nada al respecto de los abusos, de hecho, nadie lo hace, su hermano mayor lo negaba y hasta parece que creo que Carlos Quiles, el periodista, niega su valor y hasta su credibilidad, al considerar que ella tardó demasiados años en hablar (ella se justifica diciendo que al principio no se atrevía y luego ya después sí...), por lo que queda todo un poco cojo, desangelado, superficial, tópico y un tanto tramposo finalmente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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