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Voto de Ferdydurke:
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Drama
Martinón es un trampero solitario, el último habitante de un remoto pueblo en las montañas. Su único contacto con otros seres humanos se produce en primavera, cuando desciende al valle para comerciar con las pieles de los animales que atrapa. Sin embargo, con la llegada de una mujer a su vida, empezará a experimentar nuevos sentimientos. Este singular encuentro le obligará a elegir entre descubrir su vulnerabilidad o abandonarse a su lado más salvaje. (FILMAFFINITY) [+]
12 de marzo de 2018
46 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Es Mario Casas tan noble y brutal como un bello animal? ¿Es un hombre lobo? ¿Se amamantó de pequeño de las tetas de una loba, como Rómulo y Remo? ¿Se crió entre lobos?
Escindida. Con alma documental y observadora. Y, por otro lado, con tendencias gruesas hacia el dramón desaforado, seco, opresivo y deprimente.
En su primer tramo se vacía de todo significado o referencia. No nos dicen nada, no sabemos cuándo, dónde, por qué, para qué ni cómo. Nada. Vemos a un hombre comer y cazar entre la nieve, solo.
Baja al pueblo.
Ahí comienza a llenarse la historia. Pero no del todo. Se le intenta dar un ropaje dramático. Pero de aquella manera. Sin entrar a fondo. Sin casi explicaciones. A la fuerza. Por si las moscas. Para no meternos en problemas.
El contraste es brusco. Entre esa silenciosa nada del principio, tediosa y bella, y esta aparición de mujeres, de sexo, de algún diálogo. En ese vaivén, de lo animal a lo humano, del silencio a la compañía, de la nada a la trama, se pierde este cuento, que no lo tiene claro y no juega limpio del todo. Deja muchos cabos sueltos. Exagera ciertos asuntos y desprecia otros. Niega informaciones necesarias y se repite con temas banales. Juega al escondite y se pierde.
Escindida. Con alma documental y observadora. Y, por otro lado, con tendencias gruesas hacia el dramón desaforado, seco, opresivo y deprimente.
En su primer tramo se vacía de todo significado o referencia. No nos dicen nada, no sabemos cuándo, dónde, por qué, para qué ni cómo. Nada. Vemos a un hombre comer y cazar entre la nieve, solo.
Baja al pueblo.
Ahí comienza a llenarse la historia. Pero no del todo. Se le intenta dar un ropaje dramático. Pero de aquella manera. Sin entrar a fondo. Sin casi explicaciones. A la fuerza. Por si las moscas. Para no meternos en problemas.
El contraste es brusco. Entre esa silenciosa nada del principio, tediosa y bella, y esta aparición de mujeres, de sexo, de algún diálogo. En ese vaivén, de lo animal a lo humano, del silencio a la compañía, de la nada a la trama, se pierde este cuento, que no lo tiene claro y no juega limpio del todo. Deja muchos cabos sueltos. Exagera ciertos asuntos y desprecia otros. Niega informaciones necesarias y se repite con temas banales. Juega al escondite y se pierde.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Vive solo. Vale.
Conoce a una chica. Follan. Bien.
Se va con ella a la soledad. Pasa el tiempo. Se queda preñada. Muere con el hijo. Los entierra. Vuelve.
Nos dicen que ya iba preñada y era viuda. ¿Y aquel primer polvo o arreón sexual, antes de todo, fue previo al acuerdo, posterior, atracción mutua animal, parte del trato, ya se conocían, "amor" a primera vista? ¿De qué estaba enferma? ¿Viuda de quién? ¿Por qué concretamente pierde el hijo?
Le dan a la segunda. Esta parece virgen, sana. Se casan.
Se van a la soledad de los montes. Sexo despiadado, casi violación. Folla como si estuviera partiendo leña. Ella sufre, a duras penas lo soporta. Hacen sus tareas. Él caza. Llega la noche. Sexo bestial. Él vuelve a actuar como si estuviera cavando zanjas. Gruñidos de él, quejidos de ella, qué pena.
Pasan los días. Ella se preña. Se harta. Se larga. Antes le envenena. Con los ungüentos del papa (¿Cómo? ¿Qué era ese veneno ponzoñoso? ¿Costumbre, miedo, recurso de la bruja del pueblo?). Él vomita y algo enferma. Ella se lastima en una trampa. Él la deja ir. Ella se va. Él se da cuenta del veneno. De su fracaso. De su soledad. Esencial. De verdad. Solo definitivamente. Llora. Por primera vez. Se acuesta con la escopeta. ¿Lo aguantará o se matará?
Más preguntas:
¿Y ese pueblo? ¿Era de fantasmas? ¿Vivía alguien? ¿No había más hombres casaderos, más humanos y menos fieros? ¿Y los del bar?
¿Y ese padre para qué vendió a sus hijas, sobre todo la segunda, porque contrajo la deuda, por ambición económica, por necio, por mala persona? ¿Y la madre, no existe de tan poco que asiste?
¿Y él, el Casas, qué, se había tirado toda la vida solo, sin mujer, entre lobos, parece que bien, y de repente, tras una anecdótica conversación, cambia de opinión y se convierte en un compulsivo casi violador/follador, antes qué hacía, a pajas se mataba noche y día, zoofilia, ascética abstinencia mantenida durante años de soledad contemplativa?
Incongruencias o errores de bulto o simples dudas que a uno le surgen:
- ¿Irene Escolar no podía decirle algo a ese bestia, oye, gañán, no me trates como a un animal, que no soy una bruta, sino una bonita y sensible señorita? ¿No era mejor hablar con él antes que envenenarle? ¿No había mostrado él, a pesar de su salvaje agresividad sexual, algún detalle de cierta solidaridad, y por ello la posibilidad de un acercamiento con algo de humanidad o normalidad? ¿También era ella casi muda?
- Lo vemos comer minutos y minutos de duración infinita. ¿Era necesario?
- Le vemos follar como si fuera un albañil con la perforadora una y otra vez. ¿Era necesario? ¿No valía con una vez? ¿No resulta absurdo y mostrenco el mismo eterno movimiento en su continuo y necio mecanismo obtuso como ejemplo aclaratorio? ¿Por qué? ¿Para qué?
- ¿Por qué se repiten tantas escenas que no aportan nada y a cambio nos dejan vacíos de la necesaria argamasa que dé sentido a lo que pasa?
- ¿Por qué todo tan tremendo y fiero? ¿Hay algo que justifique esos comportamientos? ¿Quieren decir que es el clima, el ambiente, el frío?
- ¿Y por qué tanta insistencia en la actitud de él como una fiera?
- ¿Sabrá volver a casa sola Irene, sin mancarse ni desgraciarse?
Basta. Casas cumple, correcto, hace lo que parece que le piden. No brilla, no es un actor que pueda llenar una película, ahí está, no molesta. Quizás forma parte de cierta impostura que fuerza la apuesta. De los demás poco se puede decir, apenas salen. Solo Irene tiene más papel. Y ella siempre está bien. Pero tampoco tiene demasiado margen. Sufrir y llorar.
El final es desolador, mejor así que forzar un lamentable final feliz.
Lo voy dejando: a ratos seriamente aburrida, otros momentos morosos y arriesgados, tramos cansinos y desagradables y una sensación de obra fallida, incompleta, que no es convencional, pero que ni mucho menos está bien acabada o resuelta. No sabe. No acierta.
Conoce a una chica. Follan. Bien.
Se va con ella a la soledad. Pasa el tiempo. Se queda preñada. Muere con el hijo. Los entierra. Vuelve.
Nos dicen que ya iba preñada y era viuda. ¿Y aquel primer polvo o arreón sexual, antes de todo, fue previo al acuerdo, posterior, atracción mutua animal, parte del trato, ya se conocían, "amor" a primera vista? ¿De qué estaba enferma? ¿Viuda de quién? ¿Por qué concretamente pierde el hijo?
Le dan a la segunda. Esta parece virgen, sana. Se casan.
Se van a la soledad de los montes. Sexo despiadado, casi violación. Folla como si estuviera partiendo leña. Ella sufre, a duras penas lo soporta. Hacen sus tareas. Él caza. Llega la noche. Sexo bestial. Él vuelve a actuar como si estuviera cavando zanjas. Gruñidos de él, quejidos de ella, qué pena.
Pasan los días. Ella se preña. Se harta. Se larga. Antes le envenena. Con los ungüentos del papa (¿Cómo? ¿Qué era ese veneno ponzoñoso? ¿Costumbre, miedo, recurso de la bruja del pueblo?). Él vomita y algo enferma. Ella se lastima en una trampa. Él la deja ir. Ella se va. Él se da cuenta del veneno. De su fracaso. De su soledad. Esencial. De verdad. Solo definitivamente. Llora. Por primera vez. Se acuesta con la escopeta. ¿Lo aguantará o se matará?
Más preguntas:
¿Y ese pueblo? ¿Era de fantasmas? ¿Vivía alguien? ¿No había más hombres casaderos, más humanos y menos fieros? ¿Y los del bar?
¿Y ese padre para qué vendió a sus hijas, sobre todo la segunda, porque contrajo la deuda, por ambición económica, por necio, por mala persona? ¿Y la madre, no existe de tan poco que asiste?
¿Y él, el Casas, qué, se había tirado toda la vida solo, sin mujer, entre lobos, parece que bien, y de repente, tras una anecdótica conversación, cambia de opinión y se convierte en un compulsivo casi violador/follador, antes qué hacía, a pajas se mataba noche y día, zoofilia, ascética abstinencia mantenida durante años de soledad contemplativa?
Incongruencias o errores de bulto o simples dudas que a uno le surgen:
- ¿Irene Escolar no podía decirle algo a ese bestia, oye, gañán, no me trates como a un animal, que no soy una bruta, sino una bonita y sensible señorita? ¿No era mejor hablar con él antes que envenenarle? ¿No había mostrado él, a pesar de su salvaje agresividad sexual, algún detalle de cierta solidaridad, y por ello la posibilidad de un acercamiento con algo de humanidad o normalidad? ¿También era ella casi muda?
- Lo vemos comer minutos y minutos de duración infinita. ¿Era necesario?
- Le vemos follar como si fuera un albañil con la perforadora una y otra vez. ¿Era necesario? ¿No valía con una vez? ¿No resulta absurdo y mostrenco el mismo eterno movimiento en su continuo y necio mecanismo obtuso como ejemplo aclaratorio? ¿Por qué? ¿Para qué?
- ¿Por qué se repiten tantas escenas que no aportan nada y a cambio nos dejan vacíos de la necesaria argamasa que dé sentido a lo que pasa?
- ¿Por qué todo tan tremendo y fiero? ¿Hay algo que justifique esos comportamientos? ¿Quieren decir que es el clima, el ambiente, el frío?
- ¿Y por qué tanta insistencia en la actitud de él como una fiera?
- ¿Sabrá volver a casa sola Irene, sin mancarse ni desgraciarse?
Basta. Casas cumple, correcto, hace lo que parece que le piden. No brilla, no es un actor que pueda llenar una película, ahí está, no molesta. Quizás forma parte de cierta impostura que fuerza la apuesta. De los demás poco se puede decir, apenas salen. Solo Irene tiene más papel. Y ella siempre está bien. Pero tampoco tiene demasiado margen. Sufrir y llorar.
El final es desolador, mejor así que forzar un lamentable final feliz.
Lo voy dejando: a ratos seriamente aburrida, otros momentos morosos y arriesgados, tramos cansinos y desagradables y una sensación de obra fallida, incompleta, que no es convencional, pero que ni mucho menos está bien acabada o resuelta. No sabe. No acierta.