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Voto de Ferdydurke:
6
14 de julio de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos tienen vendas en los ojos, anteojeras, dice ella, tan guapa y rumana y madura y lista y escritora (la extranjera) como son realmente, exquisitos (no tanto, no son aristocráticos en ningún sentido) o preciosos (tampoco tanto) o guapos (sí), todos, no tienen problemas económicos, pal gato, que trabaje la clase obrera al sol que más calienta, nosotros estamos de vacaciones, el físico, como ya dijimos, les acompaña y les sobran las palabras, el análisis, las explicaciones, las justificaciones, los razonamientos o comentarios, la Francia de Rohmer, esa arcadia sutilmente crispada, como la quintaesencia de la civilización, agonía, exangüe, moribunda, que ya no da más de sí, estertores, a la que solo le queda el verbo, el gesto, cansada de hacer cosas que no sirven para nada, saben que da igual, el final del camino, la extremaunción, la extinción, la última ronda, el último suspiro, la contemplación, la observación, entomología, ciencia forense, autopsia, la besa, la tea, la huida, cerrada, las vueltas y revueltas, la educación fría, la impotencia amatoria inerte, la cortesía mortecina, la perversión de mesa camilla, las amistades peligrosas (tan poco), castrados, taimados, eunucos, frígidas, los tataranietos enfermos de la revolución (hoy es 14 de Julio, nada es casualidad), endogamia, luz tan declinante, se pone, la ilustración en bañador, ese verano que es ya solo un espejismo viciado, engañoso, autista, vacío, devuelve el pálido reflejo de una estrella muerta hace ya mucho tiempo, no ciega.
Lo matan o rematan todo a fuerza de pensarlo o rodearlo y no hacerlo, el sueño de un desaparecido, síntoma.
Es una delicia inane tan cargante como ligera sabia y espeluznante agradable. Una maravilla inútil portátil. Una junta de cadáveres. Una parada afable. Una gozada nada o algo culpable. No sabes si amarlos o estrangularlos con tus propios brazos (¿lo están buscando, te lo están pidiendo a gritos?). Si te quieres casar con ellos y o cagarte en sus muertos. Si admirarlos o despreciarlos, follar o tirar la bomba atómica de la cadena. Pero nada de medias tintas ni mariconadas, a tumba abierta, para que se note la diferencia, para que algo por fin viva.
Lo matan o rematan todo a fuerza de pensarlo o rodearlo y no hacerlo, el sueño de un desaparecido, síntoma.
Es una delicia inane tan cargante como ligera sabia y espeluznante agradable. Una maravilla inútil portátil. Una junta de cadáveres. Una parada afable. Una gozada nada o algo culpable. No sabes si amarlos o estrangularlos con tus propios brazos (¿lo están buscando, te lo están pidiendo a gritos?). Si te quieres casar con ellos y o cagarte en sus muertos. Si admirarlos o despreciarlos, follar o tirar la bomba atómica de la cadena. Pero nada de medias tintas ni mariconadas, a tumba abierta, para que se note la diferencia, para que algo por fin viva.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
No pueden ser más castas esas vacaciones pecaminosas paganas, ni en clausura por mucho que se pongan o propongan o sueñen o escriban.
A pesar de la edad de Laura, de la próxima boda de él, de la rodilla de Clara y toda la pesca. La máxima libertad consiste o se da cuando no se ejercita, en potencia, marchita, perfecta, transgredirla nunca, déjala quieta.
Bello/s todo/s, paisaje y paisanaje, ellos y ellas y la santa madre naturaleza que acompaña.
Hasta cuando discuten lo hacen sin ganas o fuerza, sin convicción ninguna, de pega, de cara a la galería, para intentar demostrar(se) a sí mismos que les importa o conturba de verdad algo, falsa alarma, no se lo creen, fingen de mala manera, ni un mal taco ni un insulto ni siquiera un puñetazo o un escupitajo, pulcros, blanqueados sepulcros, esa pelea con los visitantes tiene menos violencia que el sexo más liviano hermoso o relajado, lo digo todo. Así son. Están muertos. Los fantasmas atacan al jefe. Por eso son tan monos e impolutos, elevados, están bajo suelo o en el mismo cielo purgatorio, almas perdidas buscando su sitio, limbo, nirvana, falla.
La gran belleza/pereza. Buenos días, tristeza.
El guaperas ni siquiera le había puesto los cuernos. Ni eso. Todo es ficción, estos personajes solo pueden vivir deambular en la imaginación de una escritora vaga.
Él es un hombre sin atributos, como él mismo reconoce, el que se deja llevar por la corriente, como si estuviera ausente, siempre, de sí mismo el primero, como si careciera de la más mínima voluntad o capacidad de discernimiento, el que se casa por decreto o descarte, por la mala costumbre, el inapetente e incompetente, el máximo representante de esa cultura, su símbolo perfecto, bonito e inservible, epítome de la inercia, la anemia o anomia espiritual, decadencia, fin de raza y de ciclo, depresión profunda soterrada que se oculta, poco, tras una fachada de mundanidad mediocridad aparente, las buenas formas siniestras blandengues.
Aquí hasta las Lolitas son prudentes, sensatas e intelectuales, el colmo, los sátiros, cobardes y ridículos, mansos, timoratos, y las mujeres mayores como vacas sin cencerro, casi que prefieren ver los toros desde la barrera, ¿vivan los San Fermines?, todo es a la distancia, un alejamiento de la realidad en crudo a través de la forma, de la banalidad o frivolidad, de la elegancia, el miedo cerval que tienen los otros, estos zombis, de a la luz bruta de la vida.
Él siempre lleva un jersey por si las moscas, aunque haga o haya cuarenta grados a la sombra, tiene el frío que trae de la tumba o sarcófago donde en verdad existe perpetra.
Y si en lugar de la rodilla se hubiera fijado quizás en el homoplato (derecho, solo ese/eso), qué hubiera hecho o acaecido, cómo se las hubiera arreglado ingeniado para tocarlo sobarlo adecuadamente, como es debido, ejercicio masturbatorio, acaríciame, (como a un) perro, ¿y con la trompa de Eustaquio?, ¿y con las de Falopio, entrambas? qué me dices ahora, amigo mío, no te habré pillado, en fuera de juego, no lo espero ni tampoco lo deseo.
A pesar de la edad de Laura, de la próxima boda de él, de la rodilla de Clara y toda la pesca. La máxima libertad consiste o se da cuando no se ejercita, en potencia, marchita, perfecta, transgredirla nunca, déjala quieta.
Bello/s todo/s, paisaje y paisanaje, ellos y ellas y la santa madre naturaleza que acompaña.
Hasta cuando discuten lo hacen sin ganas o fuerza, sin convicción ninguna, de pega, de cara a la galería, para intentar demostrar(se) a sí mismos que les importa o conturba de verdad algo, falsa alarma, no se lo creen, fingen de mala manera, ni un mal taco ni un insulto ni siquiera un puñetazo o un escupitajo, pulcros, blanqueados sepulcros, esa pelea con los visitantes tiene menos violencia que el sexo más liviano hermoso o relajado, lo digo todo. Así son. Están muertos. Los fantasmas atacan al jefe. Por eso son tan monos e impolutos, elevados, están bajo suelo o en el mismo cielo purgatorio, almas perdidas buscando su sitio, limbo, nirvana, falla.
La gran belleza/pereza. Buenos días, tristeza.
El guaperas ni siquiera le había puesto los cuernos. Ni eso. Todo es ficción, estos personajes solo pueden vivir deambular en la imaginación de una escritora vaga.
Él es un hombre sin atributos, como él mismo reconoce, el que se deja llevar por la corriente, como si estuviera ausente, siempre, de sí mismo el primero, como si careciera de la más mínima voluntad o capacidad de discernimiento, el que se casa por decreto o descarte, por la mala costumbre, el inapetente e incompetente, el máximo representante de esa cultura, su símbolo perfecto, bonito e inservible, epítome de la inercia, la anemia o anomia espiritual, decadencia, fin de raza y de ciclo, depresión profunda soterrada que se oculta, poco, tras una fachada de mundanidad mediocridad aparente, las buenas formas siniestras blandengues.
Aquí hasta las Lolitas son prudentes, sensatas e intelectuales, el colmo, los sátiros, cobardes y ridículos, mansos, timoratos, y las mujeres mayores como vacas sin cencerro, casi que prefieren ver los toros desde la barrera, ¿vivan los San Fermines?, todo es a la distancia, un alejamiento de la realidad en crudo a través de la forma, de la banalidad o frivolidad, de la elegancia, el miedo cerval que tienen los otros, estos zombis, de a la luz bruta de la vida.
Él siempre lleva un jersey por si las moscas, aunque haga o haya cuarenta grados a la sombra, tiene el frío que trae de la tumba o sarcófago donde en verdad existe perpetra.
Y si en lugar de la rodilla se hubiera fijado quizás en el homoplato (derecho, solo ese/eso), qué hubiera hecho o acaecido, cómo se las hubiera arreglado ingeniado para tocarlo sobarlo adecuadamente, como es debido, ejercicio masturbatorio, acaríciame, (como a un) perro, ¿y con la trompa de Eustaquio?, ¿y con las de Falopio, entrambas? qué me dices ahora, amigo mío, no te habré pillado, en fuera de juego, no lo espero ni tampoco lo deseo.