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Voto de Ferdydurke:
7
6,4
6.439
Fantástico. Comedia
¿Qué pasaría si Dios existiese y viviese en Bruselas? Dios en la Tierra es un cobarde, tiene patéticos códigos morales y su conducta con su familia es odiosa. Su hija Ea, que se aburre mortalmente en la anodina Bruselas, decide rebelarse contra su padre, entra en su ordenador y desvela a todo el mundo el día d su fallecimiento, con lo que hace que de repente todas las personas reflexionen sobre qué hacer con los días, meses, o años que ... [+]
19 de octubre de 2015
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imaginación desbordante, humor constante, Dios, la muerte, una orgía musical, preciosa fotografía, inteligencia, libertad, juego, buena literatura, amor, dolor... ¿Se puede pedir más? No.
Un deleite y un frenesí. Un disfrute morrocotudo y feliz. Como una fiesta de cumpleaños o una tarta rosa.
Somos música. Probablemente. Handel, Purcell, Schubert, Trenet... Y circo. Y animales. Gorilas en la niebla. Y asesinos. Y obsesos. Y niño. Y niña. Cuando nos deja jugar el cabrón de Dios (sádico, borrachuzo y torpe, vaya sorpresa, qué gran descubrimiento, me sacas de un entuerto y de una duda).
La historia más grande jamás contada. Mejor que nunca.
Hubo momentos tan inspirados y certeros, tan luminosos y dichosos que yo mismo me creí Dios por un peuqeño momento, agradecido a los humanos por inventar el cine.
Pero todo cuento tiene un final. Y, las más de las veces, suele ser amargo.
Un deleite y un frenesí. Un disfrute morrocotudo y feliz. Como una fiesta de cumpleaños o una tarta rosa.
Somos música. Probablemente. Handel, Purcell, Schubert, Trenet... Y circo. Y animales. Gorilas en la niebla. Y asesinos. Y obsesos. Y niño. Y niña. Cuando nos deja jugar el cabrón de Dios (sádico, borrachuzo y torpe, vaya sorpresa, qué gran descubrimiento, me sacas de un entuerto y de una duda).
La historia más grande jamás contada. Mejor que nunca.
Hubo momentos tan inspirados y certeros, tan luminosos y dichosos que yo mismo me creí Dios por un peuqeño momento, agradecido a los humanos por inventar el cine.
Pero todo cuento tiene un final. Y, las más de las veces, suele ser amargo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Aquí acaba en bordados. Y ya no me gusta tanto el juguete. No sé, como si no, como si no supieran qué hacer con el invento.
Mi consejo hubiera sido más apóstoles, muchos más, que no acabaran nunca los apóstoles, un diluvio, los siete mil millones de habitantes de la Tierra, por ahí le andamos, inmediatamente santificados, con su música (alguno dirá que La Polla Records, los tres tenores o el acordeón de Baroja también deberían tener su sitio) y su historia, con sus lágrimas derramadas y su muerte (retardada, innombrable).
El síndrome Amelie (lo cual no tiene por qué ser necesaria e inevitablemente malo) le pegó un buen mordisco a esta fábula. Y se empachó. Y se perdió. Y se acabó.
Menos mal que (gracias, Maggie Smee, por avisar) el suicida se mata después de todo.
Nota culta para lectores como vosotros: ¿Os imagináis a Proust doblando porno?
Yo sí.
Mi consejo hubiera sido más apóstoles, muchos más, que no acabaran nunca los apóstoles, un diluvio, los siete mil millones de habitantes de la Tierra, por ahí le andamos, inmediatamente santificados, con su música (alguno dirá que La Polla Records, los tres tenores o el acordeón de Baroja también deberían tener su sitio) y su historia, con sus lágrimas derramadas y su muerte (retardada, innombrable).
El síndrome Amelie (lo cual no tiene por qué ser necesaria e inevitablemente malo) le pegó un buen mordisco a esta fábula. Y se empachó. Y se perdió. Y se acabó.
Menos mal que (gracias, Maggie Smee, por avisar) el suicida se mata después de todo.
Nota culta para lectores como vosotros: ¿Os imagináis a Proust doblando porno?
Yo sí.