No deja de ser interesante la propuesta de Alan Parker. Homenajea el cine de gangsters y ridiculiza todo su universo. Convierte una historia oscura y la ilumina con la mágica inocencia de la juventud. Una puesta en escena arrebatadora para un musical que parchea sus canciones.

Ópera prima con fuerza y riesgo. De estética conseguida y ritmo ágil.

Y en el papel de Tallulah, la atrevida novia del dueño del Grand Slam Speakeasy de Fat Sam, Jodie Foster. Baila, canta y enamora.