Montaje caótico en un esfuerzo inútil por mantener a flote una historia con ausencia de atractivo.

Un producto de pobre factura técnica y rodado en formato televisivo. Historia de juicios por asesinato y avaricia humana inspirado en hechos reales que los responsables de la cinta se encargan de avisar (bastante avanzado el metraje) secuestrando la pantalla en mitad de la acción.

Un casting horrible en el que destaca un George Chuvalo que no defiende tan bien su personaje como lo hacía con su cinturón.

Destacar el apartado de la banda sonora y la sorpresa de encontrar allí a un novato Howard Shore.

Una película que se entorpece a sí misma. El pretencioso montaje desordenado genera caos estructural. Elementos inútiles y lagunas rellenas de vacío. Censurable por escenas oníricas tintadas de rojo y episodios de necrofilia mal presentados.