Colón de Oro a la mejor película en el Festival de cine Iberoamericano de Huelva en el 2016, este documental del colombiano Simón Hernández es una mirada retrospectiva a un momento de inflexión en la reciente historia de Colombia a través de uno de sus líderes revolucionarios más carismáticos Carlos Pizarro Leongómez.
Hijo de un almirante, licenciado en Derecho, Pizarro acaba por tomar el camino de las armas ingresando en las FARC con tan solo 17 años y acaba por fundar su propio grupo guerrillero el M-19 de ideología socialdemócrata con el que a lo largo de más de una década desde el inicio de los 70 mantiene una contienda con el estado colombiano, hasta su ingreso en la política postulándose como presidente y siendo asesinado en circunstancias que aún no han sido aclaradas.
El documental nos acerca a su figura sin a mi juicio, profundizar demasiado en el personaje, la realidad social de su país y algunos hechos relevantes como fue la toma del Palacio de Justicia por parte del M-19. Hecho sangriento de oscuros intereses tampoco suficientemente aclarados a día de hoy.  

Opta como mejor baza el director por poner su mirada en el testimonio de Maria José, hija de Pizarro exiliada en Barcelona y cómo a través de sus recuerdos de infancia ella trata de recuperar, entender y comprender al padre y al militante y de cómo su herencia a marcado su vida, en un largo y penoso proceso para esclarecer cuando menos las circunstancias de su asesinato.
Colombia forma parte de la triste realidad del continente sudamericano desangrándose en luchas intestinas, campo abonado para el narcotráfico, guerrillas de todo tipo y políticas de patio trasero del "amigo americano" que se une al desastre global de un mundo injusto y desigual donde el pueblo siempre pierde y a cualquier Pizarro de turno se le aplica inmediatamente la goma de borrar. 

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