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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
7
Drama Narra la historia del mítico atleta Jesse Owens, el coloso de la velocidad que saltó a la fama en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, cuando dejó al mundo boquiabierto con sus espectaculares marcas que echaron por tierra la teoría de Hitler sobre la supremacía de la raza aria. (FILMAFFINITY)
12 de octubre de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las cuatro medallas de Owens en los juegos del 36, (48 años tardaría Carl Lewis en igualarla en el 84), lavaron la cara y ayudaron a los vencedores de la guerra a tapar mediaticamente durante muchos años el gran triunfo deportivo (89 medalla contra 56 de USA), organizativo y propagandístico ( los documentales de Leni Riefenstahl son una obra maestra que inmortalizaría los juegos) de una Alemania apunto de entrar por las puertas de un infierno de la mano del horror nazi.
Esta superproducción de aires televisivos, medio en el que se ha curtido Hopkins y estructura clásica de biopic consigue elevarse lo justo para abordar con sutileza los aspectos comprometidos (dilema de asistencia a los juegos, discriminación racial por parte de ambas naciones...) y ensalzar la hazaña de Olwen como atleta al tiempo que pasa el consabido peaje emotivo (entrenador, mujer, amigos, familia) las veces que sean necesarias para que el asunto cale en todo tipo de público. La cuidada y efectiva producción canadiense, enmarca con acierto la época y los lugares y en definitiva pasamos un rato agradable y aprendemos algo de historia.
Ante la famosa polémica de si Hitler saludó o no a Olwens, Hopkins se atiene a lo poco que se sabe al respecto y descarga en Goebbels todo el veneno nazi. Lo que si se sabe es el trato discriminatorio que su propio país dispensó a su héroe atlético antes, durante y después de su hazaña.
Los controvertidos personajes de la celebre cineasta Riefensthal y del dirigente olímpico Avery Brundage que abogó por que USA no boicoteara los juegos son tratados con la suficiente ambigüedad para que cada cual saque sus propias conclusiones.
Quien si boicoteo los juegos montando otros paralelos en Barcelona fue la República Española. En este caso la guerra incivil les ganó la carrera.
ELZIETE
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