Turbulence es la clásica película de acción de la década de los noventa, donde la crítica ya daba señales de haberse "cansinado" del género pero que para un servidor eran y son la salsa de la vida. Después de darnos joyas como Alerta Máxima, Speed, Air Force One o Con Air vendrían algunas secuelas pasables pero olvidables que perjudicaron globalmente al género de acción. Hablo de ejemplos como Speed 2 o Alerta Máxima 2 y quizá Turbulence, aparte de que llegaba a finales de los 90 ya prejuzgada, se situaría entre las joyas y las secuelas, en tierra de nadie.

No es una película de tenerla en DVD como por ejemplo Jungla de Cristal, aunque la trama se desarrolle en navidad pero sí que es muy apta para una noche o un mediodía donde el tedio se apodere de nosotros o emitan Gran Hermano. La historia es simple, persona que se encuentra por azar rodeada de terroristas y en tierra hostil y deberá emplear su inteligencia y fuerza bruta para solventar estos problemas.
Turbulence se rodea con un reparto cojonudo como Ray Liotta que hace su rol de asesino slasher histriónico fantásticamente y de magníficos secundarios como Brendan Gleeson (Braveheart), Ben Cross (Carros de Fuego), Rachel Ticotin (Desafío Total) o Hector Elizondo (Superdetective en Hollywood III).

Turbulence tiene buen ritmo, Lauren Holly está correcta y la película no aburre aunque hay diálogos sonrojantes sobretodo en tema sexual que no vienen al caso como en conversaciones profundas que perpetran los protagonistas. También los denominados errores de guión son bastante acentuados como algunas muertes accidentales: balas perdidas o que un avión dé una vuelta de campana como si aquello fuera un Harrier.
Del montón y un 6 sobre 10 sería la calificación más acertada, eso sí, tienes que tener cierto aprecio por el género de acción y ver el cine como un medio de entretenimiento.