Cameron Cairnes y Colin Cairnes conocidos el primero por el guion y el segundo por la dirección de «Scare campaign» dirigen ambos esta vez y con guion de ambos «100 bloody acres» —juego de palabras entre «sangriento» y «maldito»—, una película sobre unos chicos que de camino a un festival en Australia se encuentran con un hombre que se ofrece a ayudarles sin saber que será la peor elección de sus vidas. Entre los protagonistas tenemos a Damon Herrman de «Flesh and bone» o «Never tear us apart: the untold story of INXS» (miniserie de TV); o a Angus Sampson conocido por «Mad max: furia en la carretera» o «Fargo» (serie de TV).

Se trata de una comedia de terror con elementos de gore y de suspense bastante divertida por lo diferente que son los personajes y algunas situaciones bastante absurdas. Se podría definir como simpática pero que además tiene una buena historia que está bien guionizada.

Actuaciones que están bien sin llegar a despuntar ninguna, todas al mismo nivel,

Tiene un metascore de sesenta y tres y una tomatá de ochenta y tres. La crítica dice de ella que está inteligentemente escrita, que el acierto está en que los actores lo hacen bien o que consigue ser «retro» y moderna. Las negativas dicen que no es nada divertida o que es tan simplista que nunca transciende su concepto de base. A mí me pareció muy divertida sobre todo por lo poco común de sus personajes aunque no llega a dar terror pero sí que hay escenas de suspense que están bien logradas. En definitiva, me parece que el cine australiano de terror todavía tiene mucho que decir.