1 de junio de 2012
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa metáfora de lo que no siempre se aprecia en una obra de arte.
El autor comienza a esculpir una obra que a su vez esculpe también a su autor, haciéndonos pensar quién es realmente el esculpido. Y es que muchas veces no apreciamos el verdadero proceso de cambio y desgaste que sufre un artista mientras emplea su tiempo en crear las obras que llevarán su nombre.
Pero, ¿quién es el autor de quién?, ¿sufre mayor transformacion el lienzo en blanco que el autor previo a una obra importante?
No se, pero el corto consigue que me pare a reflexionar, y es lo que buscaba antes de verlo...
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