Haz click aquí para copiar la URL
España España · Córdoba
Voto de echulin:
2
Drama Nana (Anna Karina) es una joven veinteañera de provincias que abandona a su marido y a su hijo para intentar iniciar una carrera como actriz en París. Sin dinero, para financiar su nueva vida comienza a trabajar en una tienda de discos en la que no gana mucho dinero. Al no poder pagar el alquiler, su casera la echa de casa, motivo por el que Nana decide ejercer la prostitución. (FILMAFFINITY)
19 de diciembre de 2014
42 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hola, me llamo Jean-Luc Godard. Mis películas son como los culos, que aunque en un momento dado pueden llamarte la atención, incluso gustarte, la mayoría son fofos y pestilentes. Y, como los culos, también hay una panda de pervertidos que siente una irrefrenable adoración por ellos, independientemente de la calidad de los mismos.

En esta película me paso los 20 primeros minutos enseñando nucas. Soy así de chulo, y así de nouvelle vague, que es la forma pedante de decir 'pedante' en franchute.

Aquí cuento la historia de una prostituta, que en la vida real es mi esposa, que le deja al cliente que fije él la tarifa, y que no le gusta que los clientes le besen en la boca. Son dos tonterías que aparecerán 28 años más tarde en 'Pretty Woman', así que fijaos si soy adelantado a mi época. Un visionario diría yo.

Aquí las prostitutas no son maduras fondonas de aspecto triste y con menos formación que un melón. Al contrario que en la vida real, son jóvenes, sofisticadas, bonitas, esbeltas, y que filosofan sobre lo divino y lo humano. Además tienen los pies más grandes que las manos, y los ojos más grandes que los pies. Son tan perfectas que cuesta creer que hayan terminado siendo putas.

Hacer una película pretendidamente seria sobre la prostitución a principios de los 60 es todo un acto de valentía. Los genios somos así, echados "p'alante". Aunque dentro de 50 años ya no parezca tan fidedigna, si no más bien un mondongo gafapasta. Hasta hay una parte de "preguntas frecuentes" sobre la prostitución, con más normas que el carnet de conducir, oiga. Eso lo hago para culturizarte, oh pobre mortal, que pensabas que para ser prostituta sólo había que abrirse de piernas.

Hacia el minuto 54 mi esposa se marca un bailoteo extraño y pretendidamente sensual. No penséis, pese a los movimientos estrambóticos, que se trata de una subnormal profunda. Es que en los 60 los modernos bailábamos así de raro.

¿Has oído hablar de las prostitutas universitarias? Pues las de mi peli están a otro nivel filosófico, a la altura de los mismísimos Platón o Descartes. Por 4.000 francos te puedes tirar a un pivonazo y de paso discutir con ella sobre Georg Wilhelm Friedrich Hegel (para ti, enano mental, simplemente 'Hegel').

Disfrutad de mi película. Semejantes dádivas sobre las tribulaciones del alma sólo las encontraréis dentro de muchos años en las películas argentinas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
echulin
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow