Los niños protagonistas de este docudrama han perdido un caballo blanco y yo he perdido el interés de la historia en poco menos del minuto 30; recuerdo otras películas en la que son mezclados ambos géneros y no resultan tediosos como el presente. Entre las que podemos citar se encuentran las recientemente incluidas en Filmaffinity, Canoa y Las Poquianchis de Felipe Cazals, quien a partir de hechos verídicos muestra la realidad y la construcción de dichas historias con testimonios de los hechos que a la fecha han quedado como referencia.

En la actualidad la tendencia de retratar esas realidades continúa siendo un recurso muy utilizado, dejando que la gente que las vive sea la protagonista de dichas historias; películas que la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas continúa incentivando con premios y reconocimientos y que a la gran mayoría sigue sin convencer, cerrando así la posibilidad de generar entradas y estigmatizando aun más el documental.

Véndanme bien el género, conocer las comunidades indígenas no debe estar liado con el tedio y la trivialidad. Si hoy comparamos grandes obras, ya no del cine internacional sino del local, jamás encontraría una comparación en la cual saliera airosa.

Terriblemente aburrida.