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México México · México Distrito Federal
Voto de Coleccionista Visual:
5
Drama Pepe se encuentra con Manuel, el verdadero padre de Chachita, el cual la atrae hacia su casa con dinero y amenazando a Pepe. El Tuerto escapa de prisión y, en venganza con Pepe, causa una explosión en donde muere El Torito, hijo de Pepe, y Manuel, al salvar a Chachita de las llamas. (FILMAFFINITY)
6 de noviembre de 2008
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La opinión que tengo de esta trilogía puede parecer insulsa para la mayoría de mis compatriotas, quienes expresan su sentir lleno de beneplácito a través de su voto favorable y con comentarios dadivosos, en este sitio, para uno de los trabajos más populares y conocidos del cine mexicano en la llamada época de oro. Serie de películas basadas en la familia y su entorno, que abordan la fortuna y desavenencias conducidas por factores que golpean al sector proletario de todos los tiempos, siendo la marginación, la pobreza, la deshonestidad o la delincuencia los de mayor relevancia para el desarrollo de cada trama.

El director Ismael Rodríguez acertadamente convoca figuras de renombre para interpretar a cada uno de los personajes que conformaron cada película, reparto que encabezó la figura más importante del cine mexicano a la fecha: el inmortal Pedro Infante, distinguido actor y cantante, preparado para encarar la rudeza del ambiente en el cual se desenvuelve su personaje, sin perder la visión de lo requerido por “Pepe el Toro”. Héroe que representa al mexicano forjador de su destino, que afronta el infortunio con honradez y palabra, de sentimientos inquebrantables y simpatía que propasa tiempo y espacio, considerado por algunos como el ídolo de la cultura popular mexicana. Tampoco se olvida la incursión de mujeres bellas, encargadas de representar a la mujer mexicana del tiempo: sumisas, tímidas, alegres, abnegadas o coquetas, entre las que podemos citar a Blanca Estela Pavón, Katy Jurado, Carmen Montejo, Irma Dorantes, Nelly Montiel, todas en el rol asignado correctamente encontrando fotografías para la posteridad al igual que la estrella principal de los metrajes.

Los dramas de Ismael Rodríguez suelen estar complementados con escenas chuscas, personajes característicos por sus ocurrencias y diálogos, que atenúan la adversidad acechante, propiciada por los antagonistas, los cuales están cargados de soberbia e ira, contra el de abajo, fuerte, sagaz y orgulloso, incapaz de perpetrar en sus ámbitos aristocrático, deportivo o delictivo.

Con todo lo anterior podría decirse que esta trilogía es una de las máximas obras de la industria fílmica mexicana, sin embargo no lo es, debido a que rebasa la línea de lo verosímil y donde:

• Los escritores se ensañan con el personaje principal, para lograr el sentimentalismo
• El drama sube de tono, llevándolo a los límites de la exageración en cada película
• El género pierde seriedad y el héroe sale invicto de la confrontación con el villano de la historia (al más puro estilo del género de acción)
• Algunos personajes antagónicos son acartonados y sostienen parlamentos minúsculos comparado con el mensaje de fondo emitido
• La conclusión es una dosis de felicidad insípida muy al estilo de los melodramas televisivos

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Coleccionista Visual
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